El FC Barcelona consiguió un triunfo vital en su debut en la Champions League ante el Newcastle (1-2), en un partido que tuvo un nombre propio: Marcus Rashford. El inglés se vistió de héroe con un doblete de gran calidad, demostrando que está listo para ser uno de los futbolistas diferenciales del equipo de Hansi Flick. Sus dos tantos no solo dieron la victoria, sino que también generaron un debate inmediato dentro del vestuario y el cuerpo técnico: Rashford debe estar en el once titular sí o sí.
El problema, o mejor dicho el desafío, es encontrarle el encaje perfecto. Flick siempre ha defendido que Rashford rinde mejor partiendo desde la banda izquierda, su hábitat natural, donde puede explotar su potencia, velocidad y capacidad de desborde. Y precisamente ahí es donde ahora aparece el dilema, porque el once culé ya tiene piezas muy asentadas.

El encaje en el once
Lamine Yamal es indiscutible en el extremo derecho. El joven de 18 años se ha ganado ese estatus y nadie discute su rol como titular fijo. En la posición de ‘9’, Lewandowski sigue siendo la referencia, aunque Ferran Torres también pide paso tras su buen inicio de temporada. Eso deja, en principio, la banda izquierda como único espacio para Rashford.
Pero ahí aparece el factor Raphinha. El brasileño fue una de las piezas clave el curso pasado y su rendimiento sigue siendo muy valorado dentro del equipo. Flick no quiere dejarlo fuera de los planes, y por eso ya empieza a estudiar un cambio de dibujo que permita encajar a todos. El técnico alemán valora la opción de ubicar a Raphinha en la mediapunta, actuando como enlace entre el centro del campo y el tridente ofensivo. De esa manera, el Barça podría alinear a Lamine, Rashford y Lewandowski (o Ferran) juntos, sin renunciar al talento y al desequilibrio de Raphinha.
Raphinha como mediapunta
La idea no es descabellada. Raphinha ya ha jugado en posiciones interiores en el pasado, y su capacidad de sacrificio en defensa y su buena visión de juego le convierten en un candidato idóneo para esa función. Además, este movimiento daría más libertad a Rashford para atacar desde la izquierda, donde se siente más cómodo y donde brilló ante el Newcastle.

El plan todavía no está cerrado, pero lo que parece indiscutible es que Rashford ha cambiado los planes de Flick. Su actuación en St. James’ Park obliga al entrenador a replantear esquemas y jerarquías. El inglés ha demostrado que puede ser decisivo en las grandes noches, y el Barça necesita ese tipo de futbolistas para aspirar a lo más alto en Europa.
La Champions ha dejado claro un mensaje: Rashford debe estar en el once. Y Flick, consciente de ello, ya trabaja en la fórmula para encajar todas las piezas en un Barça que empieza a ilusionar.