El vestuario del Barça ha vivido en los últimos días un episodio inesperado que ha dejado a más de uno sorprendido. Marcus Rashford, uno de los fichajes más llamativos de la temporada, ha empezado a mostrar ciertos comportamientos que recuerdan demasiado a la etapa de estrella absoluta que vivía en el Manchester United. Una actitud que no ha gustado nada dentro de un grupo que, pese a la presión y las exigencias, siempre ha mantenido la idea de que aquí nadie está por encima del colectivo. Y ha sido Raphinha, uno de los pesos pesados del vestuario, quien ha decidido dar un paso al frente para frenar la situación antes de que fuera a más.
Raphinha interviene para parar los malos hábitos
La preocupación en el vestuario del Barça no es nueva. Desde hace semanas se venían percibiendo ciertos detalles de Rashford que no encajaban con la dinámica del grupo: menos intensidad en la presión, gestos de frustración exagerados cuando no recibía el balón y una tendencia a desentenderse de acciones defensivas clave. Nada escandaloso, pero suficiente para que algunos compañeros comenzaran a comentarlo entre ellos.
El problema explotó después de un par de entrenamientos en los que el inglés se mostró confiado, incluso superior, amparado por sus números y por la fama que arrastra desde Inglaterra. Fue entonces cuando Raphinha, con carácter y liderazgo, decidió intervenir. El brasileño le dejó claro que en el Barça nadie vive de lo que fue ni del club del que viene: aquí todos corren, todos luchan y todos se someten al mismo nivel de exigencia.
Un aviso serio para evitar un problema mayor
En el club saben que Rashford es un talento único y que puede marcar diferencias como pocos. Pero también entienden que su adaptación pasa por asumir las normas internas con humildad y compromiso absoluto. De ahí que las palabras de Raphinha fueran directas: si quería ser importante, debía cambiar ciertos hábitos inmediatamente.
La reacción del inglés ha sido observada con lupa. Dentro del vestuario hay confianza en que el aviso ha llegado a tiempo y que el jugador reconducirá su actitud antes de que Flick tenga que intervenir. Hansi Flick, hasta ahora, ha preferido mantenerse al margen, aunque está totalmente informado. Él mismo ha insistido desde el primer día en que el trabajo defensivo de los extremos es innegociable, y que quien no lo cumpla tendrá consecuencias.
El mensaje está lanzado: Rashford tiene el talento para ser uno de los grandes del Barça, pero en este vestuario no hay espacio para comportamientos de estrella. Y si alguien debía recordárselo, ese alguien era Raphinha.
