El Girona bajará de categoría y la próxima temporada estará en Segunda División si este próximo fin de semana no hay un milagro. El descenso es un hecho casi inamovible que hace mucho daño al Girona, a sus seguidores y a la ciudad. Y desde el momento que se pitó el final del partido en Montilivi, cuando se perdió contra el Levante, las culpas se han empezado a repartir.

Justo después del partido Eusebio Sacristán, el entrenador del Girona, ya asumió las culpas del desastre. Un hecho que también protagonizó las culpas repartidas con Àlex Granell, el capitán del equipo, compareciendo ante los medios de comunicación para dar explicaciones.

Pero una de las imágenes más conmovedoras fueron las lágrimas del gerundense Pere Pons en el césped de Montilivi. Y también su duro mensaje a través de las redes sociales.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Ayer fue un día duro y triste. Hemos hecho un tramo final desastroso donde nos hemos metido en el pozo, a la mierda. Quiero transmitir que desde dentro he visto a grandes profesionales aceptando el reto y entendiendo que lluitariem hasta el final por orgullo, por respeto y por|para estima en este club. Somos gente sufridora desde siempre, pero una vez más recibimos un palo grande, una lección de vida importante y aun así el árbitro pita el final y levantamos la cabeza|cabo|jefe y gran parte de la afición está allí, de pies y aplaudiendo, mis respetos de todo corazón. Si estamos en segunda es por|para errores de todos, me pongo en frente, como uno de los capitanes y acepto a las críticas para fortalecerme y hacerme mejor jugador y persona. Ánimos a todos los gerundenses y el año que viene que cadasú haga todo lo que está en sus manos para devolver el Girona FC a la máxima categoría, que es|está donde merece estar. Mis disculpas, Pere Pons

En tabla|puesto shared by Pere Pons (@ppons17) donde|dónde

Tocará pasar página y levantarse lo antes posible. Y el nuevo objetivo, si no hay milagro de última hora, será volver a Primera División la próxima temporada.