El FC Barcelona vive un momento delicado. Tras un inicio de temporada prometedor, el equipo ha vuelto a mostrar síntomas de fragilidad en Europa. Y en medio de la tormenta ha surgido una voz con autoridad. Pedri, uno de los futbolistas más queridos por la afición, ha decidido dar un paso al frente.
Para muchos, el canario es el mejor centrocampista del mundo en su posición. A sus 22 años, ya acumula una madurez impropia de su edad. Nunca se esconde. Siempre ofrece regularidad y liderazgo. Incluso hay quienes lo consideran más imprescindible que el propio Lamine Yamal, la joya de la cantera. En el Barça de Hansi Flick, su influencia es indiscutible.

Pedri señala al culpable del bajón del equipo
Lo sorprendente no es que Pedri brille. Eso ya se da por hecho. Lo llamativo es que ha señalado el gran problema del vestuario. Y no se trata de un jugador en particular. El culpable es el bloque. Todo el equipo. Según el canario, la plantilla tiene una tendencia peligrosa: empezar los partidos con energía, pero desconectarse demasiado pronto.
El ejemplo más reciente fue contra el Paris Saint-Germain. El Barça jugó una primera media hora brillante. Dominó a los de Luis Enrique. Parecía que tenía el partido bajo control. Sin embargo, con el paso de los minutos la intensidad cayó en picado. El equipo perdió concentración. Bajó el ritmo. Y al final, lo pagó con la derrota.
No siempre hay margen para una remontada
El análisis de Pedri no es nuevo. El año pasado ya ocurría algo parecido. Entonces, las desconexiones llegaban al inicio de los partidos. Eso dejaba margen para la reacción. Y el Barça fue capaz de remontar más de un encuentro. Ahora, en cambio, los bajones aparecen en fases decisivas. Cuando no hay tiempo para enmendar los errores. Y la diferencia es letal. Contra rivales como el Levante, aún hubo capacidad de respuesta. Contra el PSG, no.

El debate en el entorno azulgrana está servido. Algunos opinan que no se trata tanto de un problema mental, sino de preparación física. Desde el cuerpo técnico recuerdan que el curso pasado ya hubo baches, los famosos “shit november” y “december”. Confían en que este año suceda lo mismo: una caída temporal seguida de una recuperación progresiva. Pero las dudas crecen. Y la afición empieza a impacientarse.
Mientras tanto, el mensaje de Pedri no pasa desapercibido. No busca excusas ni apunta con el dedo a nadie en particular. Habla de todos. Habla de compromiso colectivo. Y, sobre todo, manda un mensaje claro: sin concentración constante, el Barça no tiene opciones reales en la Champions League. Él ya ha dado un paso al frente. Ahora espera que el resto del vestuario lo siga.