La situación de Pau Cubarsí preocupa. Mucho. Y en el Barça lo saben. El central, que deslumbró desde su debut con Xavi Hernández con una madurez impropia de su edad, ha iniciado este curso con un rendimiento muy por debajo de lo esperado. Sus actuaciones han sido discretas, irregulares y marcadas por errores graves que antes no cometía. Un retroceso evidente en un momento clave de su carrera.
Este debía ser su año. El curso en el que Cubarsí asumiera más responsabilidades tras la salida de Íñigo Martínez rumbo al Al-Nassr. El plan era consolidarse, liderar, convertirse en referencia. Pero el salto no ha llegado. Tiene solo 18 años. Y eso se nota. La presión pesa. Y su adaptación al perfil zurdo ha sido un problema constante. No se ha acostumbrado. No ha rendido. Y ha obligado a Hansi Flick a recolocarlo en la derecha para intentar recuperar su mejor versión.

Cubarsí se olvida de su mejor versión
Los problemas no terminan ahí. Cubarsí tampoco ha encontrado un entendimiento fluido con Ronald Araújo ni con Andreas Christensen. Dos centrales experimentados. Dos socios que deberían ayudarlo a crecer. Pero la química no aparece. Y mientras tanto, su rendimiento se resiente. La consecuencia ha sido inevitable: su nuevo compañero habitual es Eric García, que ha sorprendido a todos. El ex del Girona y del Manchester City ha mostrado seguridad y personalidad. El contraste con Cubarsí es evidente. Uno crece. El otro se estanca.
Esta situación también tiene efecto en la Selección Española. Allí, Cubarsí perdió la titularidad. Y solo la ha recuperado gracias a la lesión de Robin Le Normand y las molestias de Dean Huijsen. Y eso deja al central azulgrana en un lugar incómodo. Si no reacciona pronto, estará en riesgo incluso su presencia como titular en el Mundial 2026.

Hansi Flick empieza a preferir a otros centrales
En el Camp Nou empiezan a aparecer dudas serias. La directiva y el cuerpo técnico se preguntan qué ha pasado con ese defensa sereno, inteligente y atrevido que irrumpió con tanta fuerza.
Mientras tanto, Hansi Flick está inquieto. El técnico esperaba un salto adelante. Un liderazgo natural. Una temporada de consolidación. Pero ve lo contrario. Ve inseguridad. Ve bloqueos. Ve un jugador superado por el contexto. Y eso le preocupa profundamente. Porque Cubarsí no es un defensa cualquiera. Es un proyecto de líder, un talento generacional, un futbolista llamado a marcar época si supera este bache.