El FC Barcelona atraviesa un momento complicado en defensa. Cada pérdida de balón se convierte en un riesgo. Los últimos partidos han dejado en evidencia que el equipo de Hansi Flick sufre más de lo habitual.
El Clásico ante el Real Madrid fue un reflejo claro. El Barça encajó goles que podrían haberse evitado. Aunque el VAR salvó al equipo en dos ocasiones, los errores defensivos quedaron patentes. Mbappé y Bellingham aprovecharon los espacios que la zaga dejaba abiertos.

Un coladero en defensa
Uno de los más señalados es Pau Cubarsí. El joven central ha cometido errores que han costado goles. Le ganaron la espalda en momentos clave, y en varias jugadas quedó lejos del compañero más cercano. Eric García, a su lado, tampoco logra dar la solidez necesaria.
Pero Cubarsí no está solo en las críticas. Eric García, pese a su experiencia, ha mostrado desconexiones en la colocación y en la concentración. Su rendimiento no alcanza el nivel esperado para un equipo que aspira a la élite.
Los laterales tampoco ayudan a mejorar la defensa. Jules Koundé, por la derecha, ha estado desconectado en varios partidos. Su físico no siempre acompaña y comete errores poco habituales. Por la izquierda, Alejandro Balde aún no recupera su mejor versión tras la lesión. Su nivel está lejos del que mostró anteriormente.

La ausencia de Íñigo Martínez pesa demasiado
Una lista de problemas que tienen un denominador común: Iñigo Martínez. Hasta agosto fue el líder de la zaga y su salida ha dejado un vacío difícil de cubrir. El sistema defensivo del Barça se ha resentido y Flick aún busca la pareja ideal de centrales. La continuidad de Pau-Eric busca dar estabilidad, pero aún no funciona como se esperaba.
En el medio campo, la presión global no es suficiente. Una mala presión alta condena a los defensas. Los delanteros rivales encuentran espacios con facilidad. El gol de Mbappé fue un ejemplo: Pau perdió la espalda, Eric estaba lejos y Bellingham encontró la línea de pase sin oposición.
El portero tampoco puede cargar con todo. Joan García tuvo un papel destacado antes de su lesión, pero desde su ausencia el equipo ha recibido más goles. Szczesny mantiene al Barça con vida, pero su media de encajados supera los dos goles por partido.
Los números hablan. El Barcelona ha dejado la portería a cero sólo en tres ocasiones. Recibe una media de 1,2 goles por partido y le han rematado 90 veces esta temporada, nueve por encuentro. Son números que reflejan la fragilidad defensiva.