Cuatro goles y dos asistencias de Neymar en la goleada del París Saint-Germain contra el Dijon en el Parque de los Príncipes (8-0). Sin embargo, la afición acabó silbándolo por una jugada con Edinson Cavani, con quien tuvo las primeras disputas cuando aterrizó en París.

Neymar cuajó el partido más completo desde que cambió el Barça por el PSG. Un espectáculo de goles, retales y jugadas de videoteca que justifican parte de los 222 millones de euros que pagó el emir de Qatar Tamim bin Hamad Al-Thani. Pero los seguidores no acabaron contentos. Y el motivo fue la rivalidad con Cavani.

El encontronazo se produjo al final del partido, en el minuto 83, cuando el árbitro señaló un penalti sobre Cavani. Entonces, el delantero uruguayo ya había marcado un gol, el 156 desde que aterrizó en el PSG procedente del Nápoles, con lo que igualaba a Zlatan Ibrahimovic como máximo goleador en la historia del club. Tan sólo un gol para no compartir el récord. El penalti parecía una buena oportunidad para conseguirlo.

Pero Neymar fue implacable. El '10' cogió la pelota y la situó sobre el punto de penalti, ajeno a los gritos de 'Cavani, Cavani' que provenían de las gradas, transformados en silbidos que mancharon una noche de ensueño. Neymar marcó su cuarto gol, pero alguna cosa ya se había roto. El futbolista, cabizbajo, abandonó el césped sin responder a las televisiones oficiales y despreciando el trofeo de 'jugador del partido' que le ofreció un trabajador del club.

El entorno del PSG pasó de puntillas sobre el asunto con Neymar y concentra sus esfuerzos en superar la eliminatoria de los octavos de final de la Champions contra el Real Madrid. Europa evaluará al PSG de un Neymar que cada vez parece más lejos de la afición que lo recibió el pasado verano con los brazos abiertos.