Es el rey de la tierra. Rafa Nadal ha vuelto a demostrar que no hay nadie mejor que él sobre la tierra batida al imponerse a Dominic Thiem (4-6 y 1-6) y ganar su décimo Open Banc Sabadell. Con el título, Nadal consolida su gran inicio de temporada después de ganar en Montecarlo y suma un nuevo trofeo (71) a una carrera tan exitosa que no resiste comparaciones.

La valentía de Thiem

Dominic Thiem, joven austríaco de 23 años, llegaba a la final como la gran revelación del torneo. No tanto por ranking pero sí por rendimiento. Thiem, noveno de la ATP y proyecto de estrella, se destapó ante el público de Barcelona al eliminar a Andy Murray, número uno del mundo, en las semifinales. Nadal estaba avisado.

La puesta en escena del austríaco ha sido atrevida. Sin especular. Thiem ha buscado a Nadal con intercambios de golpes largos, arriesgando con su derecha y desperdiciando una bola de break. Nadal ha conseguido mantener su servicio, jugando para contener la inercia del rival.

El partido, muy igualado, ha caminado en las pequeñas diferencias. Cada uno sumaba con sus servicios y sufría cuando le tocaba restar. En el sexto juego, Nadal ha tenido dos pelotas de break que Thiem ha conseguido salvar con dos golpes muy arriesgados.

En una pista central llena, los dos jugadores han llegado al noveno juego empatados (4-4). Nadal ha conseguido ganar su servicio para llegar al momento decisivo con una mínima ventaja (4-5). El balear ha llevado al límite a Thiem hasta conseguir una pelota de break y de set. Y no lo ha desperdiciado, forzando al austríaco a un error con su revés a una mano. 4-6 en 54 minutos de gran tenis.

Sin opción

Con el primer set en el bolsillo, Nadal ha visto como el juego de Thiem le exigía un poco más. Buscando las líneas y las esquinas, el mallorquín sufría para aguantar el intercambio de golpes.

El partido se ha roto en el cuarto juego del segundo set. Nadal llegaba por delante (1-2) y restaba el servicio de Thiem. Allí ha vuelto a aparecer la versión más genial del balear. En un punto larguísimo, donde Thiem lo ha llevado desde el fondo de pista hasta la red con una dejada, Nadal ha tenido gasolina suficiente para forzar su error y llevarse el juego. Demostración de talento y físico.

Con el 1-3 el desenlace era inevitable. Nadal ha conservado su servicio en el quinto juego para empezar a inscribir su nombre en el título. Thiem, visiblemente afectado, ha cedido su servicio en blanco para regalar la oportunidad a Nadal de decidir la final. Y no ha fallado. 1-6 para cerrar el set y el torneo.