El Girona ha tenido un inicio desastroso de Liga. Los de Míchel, después de perder por 0-2 contra el Sevilla, no han sumado ningún punto en las tres primeras jornadas y, ahora mismo, ocupan la última posición de la clasificación. Ahora, con el parón de selecciones, dispondrán de un respiro para corregir aspectos del juego y preparar el duelo de la cuarta jornada en Balaídos, donde intentarán sumar los primeros puntos ante el Celta.
Al acabar el partido, Míchel se mostró más satisfecho que después de las derrotas contra el Rayo Vallecano y el Villarreal: "No estamos bien, pero es el principio de alguna cosa mejor. Tengo la sensación que el equipo se ha unido para empezar una nueva atmósfera en el día a día". A pesar de la tercera derrota consecutiva, el técnico madrileño quiso remarcar que había visto "un primer paso" para salir de la crisis y que, por fin, sus hombres habían competido como conjunto.
"Necesitamos que nos dejen trabajar con una base sólida..."
Sin filtros, añadió que no quiere hombres que puedan ver el club como una etapa superada después de haber disputado la Champions: "Quien no quiera estar, que no esté y que se vaya. Necesitamos que nos dejen trabajar con una base sólida", afirmó. El técnico reconoció que este es "un deber pendiente desde hace una temporada y media", un reto estructural que el club todavía acarrea.
Míchel insistió en la idea de los "brotes verdes" y subrayó que la clave será mantener la unión del vestuario. En este sentido, también aprovechó para enviar un mensaje claro a la plantilla y al mercado. Preguntado por la recta final de fichajes, dejó claro que solo quiere futbolistas "que crean que competir en Primera División con el Girona es un lujo para ellos". "Necesitamos jugadores con un hambre de cojones, que quieran estar aquí para hacer el mejor año de su carrera", remarcó con contundencia.
El entrenador admitió que todavía hay mucho trabajo por hacer, sobre todo en "mejorar las transiciones", pero se mostró convencido que el Girona ha empezado a reaccionar: "Hemos mostrado muy buena actitud y agresividad, hemos jugado como un equipo y hemos competido", valoró, recordando que eso no había sido así en las dos primeras jornadas, cuándo el Rayo ganó en Montilivi (1-3) y el Villarreal los goleó con contundencia (5-0). Ahora, el parón internacional llega en el momento justo para corregir aspectos y prepararse para un calendario exigente. El próximo reto será en Balaídos contra el Celta. Allí, el Girona intentará revertir un arranque que ha sido más oscuro de lo que se esperaba.