Kylian Mbappé es la gran estrella del Real Madrid. El líder absoluto. El futbolista más influyente del equipo. Dentro del campo y fuera de él. Su voz pesa. Sus decisiones importan. Y esto ha generado un conflicto silencioso y muy serio. Porque el peso de Mbappé tiene a un compañero apartado de la dinámica del equipo.
El nombre en cuestión es Gonzalo García, uno de los jugadores más prometedores del club. Un delantero joven, rápido y letal. Un canterano con condiciones extraordinarias. Y que, además, brilló cuando más importaba. Fue el mejor jugador del Madrid en el Mundial de Clubes. Marcó cuatro goles y dio una asistencia. Fue decisivo. El más determinante. Ese torneo parecía su despegue definitivo.
Mbappé tapa el progreso de Gonzalo
Pero no ha sido así. Al contrario. Desde entonces, su participación ha caído en picado. Minutos contados y apariciones mínimas. Entradas simbólicas en los últimos instantes de los partidos. Una situación que solo se explica con una razón que tiene nombre y apellido: Kylian Mbappé.
El francés no quiere jugar con Gonzalo. No le gusta. Le incomoda. Considera que son incompatibles en el ataque. Y así se lo ha comunicado a Xabi Alonso. Mbappé desea el protagonismo total en el frente ofensivo. Quiere ser el único ‘9’ referente. La figura central. Aunque después prefiera arrancar desde la izquierda, donde también coincide con Vinícius. Aun así, no quiere un delantero centro puro a su lado. Y menos uno que se mueve tanto y ocupa tantos espacios como Gonzalo.
Gonzalo tendrá que conformarse con las sobras
El resultado es evidente. Alonso no lo pone cuando Mbappé está sobre el césped. Prefiere evitar tensiones. Prefiere que su estrella máxima esté cómoda. Y Gonzalo paga el precio. Se queda fuera esperando oportunidades que llegan a cuentagotas.
La situación es frustrante y dolorosa para el canterano. Porque lo había hecho todo bien. Había respondido en los momentos grandes. Había demostrado que podía competir con cualquiera. Pero nada de eso sirve cuando tu posición coincide con la del jugador más poderoso del vestuario.
Mientras Mbappé esté en el campo, Gonzalo no tendrá sitio. Así de simple. Así de duro. Solo tendrá opciones cuando el francés no juegue. Cuando haya rotaciones, lesiones, molestias o algún partido resuelto donde no haya presión. Nada más.
