Xabi Alonso está en la cuerda floja. Cada día un poco más. El Real Madrid vive una crisis seria. Una crisis profunda. Un equipo sin rumbo. Un proyecto que se apaga. Y un entrenador que se queda sin argumentos.
Los números son demoledores. Solo una victoria en los últimos cinco partidos. Un registro impropio. Insuficiente. Inaceptable para un club como el Madrid. El empate ante el Girona en Montilivi ha sido la gota que colma el vaso. Y la victoria del FC Barcelona ante el Atlético de Madrid no hace más que empeorar las cosas. La sensación es que el equipo no avanza. No mejora ni compite. Y la paciencia se acaba.

Xabi Alonso se la juega en San Mamés
La situación es tan delicada que ya se habla de un ultimátum. Un ultimátum directo. Y sin matices. Comentan algunos círculos en la capital que, si el Madrid pierde contra el Athletic Club en San Mamés, Xabi Alonso será despedido. De inmediato.
El partido de este miércoles se prevé durísimo. Y en el club ya hay quien teme lo peor. Florentino Pérez lo tiene muy claro. Si la reacción no llega ya, actuará él. Con contundencia. Con un cambio en el banquillo. Porque el presidente considera que la situación es insostenible.
En realidad, algunas fuentes aseguran que, en realidad, Florentino Pérez nunca quiso a Alonso. El dirigente no le perdona que le dejara tirado en dos ocasiones. Primero, como jugador del Real Madrid, cuando no renovó y se fue gratis al Bayern de Múnich. Más tarde, como entrenador del fútbol base, también se fue sin previo aviso.
Florentino Pérez nunca quiso a Xabi Alonso
Pero el presidente tragó con un Alonso al que pedían entre la afición y en el entorno. Y tras su exitosa temporada 23-24 en el Bayer Leverkusen, el Madrid le ofreció un precontrato para su aterrizaje este curso. Sin embargo, su segunda temporada en Alemania fue irregular. Y Florentino ya tuvo argumentos para descartarlo. Pero romper el precontrato le costaba 15 millones al Madrid. Y el presidente se negó a pagarlos.
Ahora Florentino se llena de razones. Y no solo le preocupan los resultados. También el juego. Un fútbol pobre, previsible, plano. Un equipo que “no juega a nada”, como ocurría con Carlo Ancelotti. Y la afición está cansada. El ambiente se ha vuelto pesado. Demasiado para seguir esperando.

Argumentos de sobras para destituir al míster tolosarra
La visita a San Mamés es una final para Xabi Alonso. Perder podría significar el final de su etapa en el Real Madrid. Pero tampoco acaba ahí. Dentro del club creen que, si la imagen vuelve a ser pésima, el daño sería irreparable también de cara al siguiente reto: el Manchester City. Y si todo se rompe en esos dos partidos, no habrá vuelta atrás.
Por eso, en los despachos ya se mueven fichas. Álvaro Arbeloa cogería el equipo a modo de interino en primera instancia. Y para después, ya se tantean nombres. Hay dos favoritos. La primera opción es Zinedine Zidane. El salvavidas eterno. El hombre que siempre vuelve. El entrenador que conoce el club como nadie. El que ya ha rescatado al equipo en dos ocasiones.

La segunda opción es el gran sueño. El más difícil y ambicioso: Jürgen Klopp. Florentino lleva tiempo pensando en él. Desde que dejó el Liverpool. Un técnico carismático, intenso y ganador. El perfil ideal para un cambio total de energía.

Pero no será fácil. Klopp está cómodo. Vive bien. Trabaja desde los despachos. Y no siente urgencia por regresar al banquillo. Mientras que Zidane tiene otro objetivo. Quiere dirigir a la Selección francesa tras el Mundial del próximo verano. El Madrid, hoy por hoy, no es prioridad para ninguno de los dos.