Mateu Alemany es un hombre que se remite a los números y, a día de hoy, eso es cuestión de extrema importancia en el FC Barcelona. Joan Laporta sabe que el club blaugrana está llamado a reducir la masa salarial de la plantilla en unos 200 millones de euros, y con la salida a final de temporada de Jordi Alba y de Sergio Busquets, los deberes se empiezan a hacer desde temprano.

No obstante, las aspiraciones de Xavi Hernández de cara a este mercado de fichajes estival pasan por los nombres de varios futbolistas de caché alto y, en este contexto, será necesario que el club allane el terreno del fair play financiero. En este sentido, un interior como Bernardo Silva o Ilkay Gundogan, un pivote como Joshua Kimmich o un lateral derecho de garantías son los sueños del técnico.

Xavi Hernández mirada llega / Foto: Europa Press
Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona / Foto: Europa Press

Los adioses de Jordi Alba y Sergio Busquets no son suficientes

A priori, Laporta ya dispone de un cierto margen con el fin de, sobre todo, inscribir los contratos de Ronald Araujo y Pablo Gavi como futbolistas del primer equipo y acabar de cerrar la renovación de Alejandro Balde. En ese entonces, con la primera tarea ya hecha, el club buscará invertir en un pivote. Sea como sea, en dependencia del salario de este, podría ser poner ya en dificultades a la entidad a la hora de registrarlo en la Liga Santander y, consiguientemente, complicaría mucho la llegada de los otros dos objetivos del verano.

Por esta razón, el Barça trabaja para encontrar destino a futbolistas que están en venta como lo es por ejemplo Ferran Torres y, en dependencia de cómo quede el panorama salarial de la plantilla, abordar la posible salida de Ansu Fati. Según informa don balón, si es necesario apuntalar el nivel de la plantilla y el Barça se encuentra contra las cuerdas en el contexto del fair play financiero, ni Joan Laporta ni Mateu Alemany tendrán piedad de la joya de la Masia.

Ansu Fati celebra gol en Elche / Foto: EFE - Biel Aliño
Ansu Fati, celebrando un gol en el campo del Elche / Foto: EFE - Biel Aliño

Y es que Ansu era una de las grandes esperanzas del barcelonismo con su irrupción. A los 16 años ya debutó contra el Betis y a los 17 ya se había consagrado como uno los habituales goleadores del equipo blaugrana. No obstante, las dos lesiones que lo atraparon pusieron en duda su presente en can Barça y, ahora, su futuro.

El Barça no se puede permitir tener paciencia

Está claro que Ansu Fati, a sus 20 años, todavía tiene mucho para aprender y mejorar, pero el Barça no se puede permitir tener paciencia. Por su edad, Ansu tiene un salario muy elevado que, concretamente, ocupa la escala media-alta en el total de la plantilla. Por esta razón, su salida puede ser una alternativa necesaria, ya que no podemos olvidar que se trata de un suplente fijo y, por lo tanto, prescindible.