No estaban ni Cristiano Ronaldo, ni Bale, ni Modric, ni Kroos, ni Marcelo, ni Varane. Pero el Real Madrid ha presentado un equipo alternativo, con jugadores con ganas de reivindicarse y con Isco haciendo de líder. El centrocampista malagueño ha decidido el partido contra el Málaga, su exequipo, repartiendo juego, con un gol y una asistencia (0-2).

El Madrid se aprovecha de los tocadores

Después del éxito en la Champions, a pesar del sufrimiento, Zinedine Zidane ha apostado por un equipo B. Ha sido el turno de los menos habituales porque la Liga está perdida y ya no interesa. Y para mantener el ritmo es suficiente con Isco, Asensio y Kovacic.

El Málaga, el colista de la Liga, no ha presentado oposición. El Madrid ha sabido tocar la pelota, crear el juego a través de la posesión y rematar cuando el rival ha estado más cerca del gol. Un partido de aquellos tranquilos, quizás aburridos en ciertos momentos, pero que se ha decidido con dos fogonazos de buen juego.

Primero ha sido Isco en la primera mitad, en la media hora de partido, con una falta perfectamente situada en la frontal del área andaluza. El centrocampista blanco, que sigue reclamando minutos a Zidane y también más peso en la plantilla, no ha decepcionado. Disparo suave, preciso y volando con rosca para entrar dentro de la portería defendida por Roberto. Fantasía.

Y más tarde, ya en la segunda mitad, ha sido nuevamente Isco protagonista en el segundo gol blanco. Triangulación perfecta entre Benzema, Isco y Casemiro dentro del área del Málaga, y magistral asistencia del malagueño para dejar solo a Casemiro. El brasileño sólo ha tenido que empujar la pelota para marcar el gol de la sentencia en el minuto 63.

Sin presión en La Rosaleda

Al Madrid se le ha visto tranquilo. Sin nada que perder. No ha sufrido. Con futbolistas creativos ha tenido el balón. Y con la pelota se ha ganado bien. Isco ha hecho de líder de un equipo con muchos altibajos y el partido se ha acabado cuando se ha marchado sustituido en el 72.

Igual que ha pasado durante la temporada, los blancos han tenido tramos de partido que han dominado a placer. Pero también han sufrido al contragolpe, mostrando las debilidades que ya tuvieron contra la Juventus. Y más cuando se ha marchado Isco. El Madrid ha perdido el equilibrio, pero el Málaga es un conjunto que ya empieza a mirar inevitablemente la Segunda división. Finalmente Rolán ha maquillado el resultado con un gol en la última jugada del partido. Sin transcendencia.

El Madrid vuelve a ganar en la Liga sin sufrir. Unos buenos setenta minutos de Isco han sido suficientes para tumbar a un Málaga hundido en la última posición. Los blancos no se quieren desentender del todo de la Liga y siguen combatiendo por la tercera posición.