En el Barça comienzan a estar cansados de los movimientos silenciosos —y no tan silenciosos— del Paris Saint-Germain, y especialmente de un Luis Enrique que lleva meses obsesionado con fichar a Gavi. El técnico español lo considera una pieza perfecta para reconstruir el centro del campo parisino, alguien capaz de liderar un proyecto a largo plazo y de aportar la intensidad, personalidad y energía que él exige en todos sus equipos. Sin embargo, desde Barcelona la respuesta siempre es la misma: no está en venta. Y no solo eso, sino que la cláusula es de 1.000 millones de euros, un muro infranqueable incluso para un club tan poderoso como el PSG.

La realidad es que Gavi tiene contrato hasta 2030 y es uno de los jugadores más protegidos por Joan Laporta, que lo considera una joya irreemplazable de la casa. En el Barça no contemplan ningún escenario en el que el andaluz salga, y menos aún negociando con un PSG que lleva años tensando la cuerda en el mercado.

Gavi es el gran deseo de Luis Enrique

Y es que la obsesión de Luis Enrique va mucho más allá de un simple interés. El asturiano ha pedido su fichaje en varias reuniones internas, ha insistido en que es el perfil que necesita y ha trasladado al club francés que, si quieren dar un salto real en competitividad, Gavi es el jugador adecuado. Desde París incluso se llegó a valorar una oferta que podría rondar los 70 millones de euros, una cantidad que consideran razonable para un centrocampista de su edad y proyección.

Gavi Barça EFE

Pero en el Barça ni siquiera han querido escuchar. Para Laporta, cualquier cantidad está lejos de ser suficiente. El presidente recuerda que la cláusula existe precisamente para evitar este tipo de situaciones y que no está dispuesto a regalar a una de las grandes esperanzas del club. En la directiva insisten en que el PSG puede insistir tanto como quiera, pero mientras el jugador no pida salir, su futuro está absolutamente blindado.

Laporta se remite a la cláusula y cierra el debate

De este modo, el mensaje del Barça es contundente: si el PSG quiere a Gavi, tendrá que esperar una década o abonar los 1.000 millones. Nada más. Y es que, aunque Luis Enrique lo quiere como jugador franquicia, en Barcelona no hay ni fisuras ni dudas. Gavi es el presente y el futuro, uno de esos jugadores que marcan una era y que representan el alma de un club que no piensa volver a perder talento formado en casa.

Así pues, por mucho que el PSG presione, la puerta está totalmente cerrada. En el Barça lo tienen clarísimo: Gavi no se toca.