El FC Barcelona vivió una noche de emociones fuertes en el Camp Nou. Una noche que empezó torcida, pero que terminó con una remontada contundente ante el Atlético de Madrid. El 3-1 dejó al equipo de Hansi Flick más líder, más confiado y más conectado con su afición. Sin embargo, lo que pasó en el campo no fue lo único relevante. En el vestuario, el ambiente estuvo caliente. Y uno de los protagonistas fue Lamine Yamal.

El choque arrancó mal para el Barça. Baena adelantó al Atlético en el minuto 14. Pero los azulgrana no bajaron los brazos. En el 26, Raphinha anotó a puerta vacía tras regatear a Oblak. Fue un gol liberador. Pero el equipo no estaba del todo metido. La presión no era constante. El ritmo no era uniforme. Y eso encendió al brasileño.

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EuropaPress Raphinha

Raphinha tira de las orejas a Lamine Yamal

Raphinha, que ha vuelto de su lesión como un auténtico líder, no se guardó nada. Desde el inicio levantó los brazos, pidió apoyo, pidió intensidad. Quería un Camp Nou ardiente. Y también quería un equipo agresivo. Sobre todo, en la presión alta. En una jugada, cuando Oblak recibió un pase atrás, Raphinha fue el único que corrió a incomodar al portero. Cuando vio que nadie más lo acompañaba, explotó. Saltó de rabia. Gritó. Y señaló a sus compañeros. Fue la misma reacción que ya vimos en el partido contra el Alavés.

La exigencia era lógica. Raphinha no solo juega bien. También lidera. Y liderar implica decir cosas incómodas. Al descanso, según cuentan, hubo palabras subidas de tono. El brasileño se sinceró. Reconoció que el equipo estaba jugando bien. Pero pidió un plus a todos. Y en especial a Lamine Yamal.

Lamine Yamal Europa Press
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Raphinha pide más al equipo en el descanso, y en especial a Lamine Yamal

El carioca le dedicó una bronca por no presionar más arriba en cada jugada. Le pidió que no diera ni un respiro al rival. Que se sacrificara como lo hace todo el equipo. Que subiera un punto más el esfuerzo. Que entendiera que, para ganar partidos así, cada metro importa y cada carrera cuenta. Cada gesto defensivo define el resultado.

En la segunda parte, el equipo respondió. Dani Olmo hizo el 2-1 con una jugada brillante. Luego llegó la lesión, pero también llegó el impulso emocional que necesitaba el Barça. Con el Atlético volcado, Ferran Torres cerró el partido con el 3-1 definitivo. El Barça selló los tres puntos. Y Raphinha, una vez más, actuó como capitán.

También cuando el partido había acabado. El brasileño reunió a todos y les pidió que no olvidaran agradecer a los aficionados. Que devolvieran el apoyo recibido. Que el esfuerzo y la unidad fueran visibles.