El ambiente en el vestuario del FC Barcelona no atraviesa su mejor momento. Y el motivo tiene nombre y apellido: Lamine Yamal. El joven prodigio, llamado a ser el nuevo referente del equipo, está viviendo semanas complicadas. Su lesión, sus gestos fuera del campo y su entorno personal han encendido las alarmas en el club.
Todo empezó con su baja médica por molestias en el pubis. El jugador debía descansar, pero en lugar de hacerlo en Barcelona, decidió marcharse unos días a Croacia junto a su pareja, la cantante Nicki Nicole. Publicaron vídeos y fotos desde un helicóptero, disfrutando de las vistas, ajenos a la polémica. En el club no gustó nada. Se interpretó como una falta de compromiso, especialmente en un momento clave de la temporada.
Lamine Yamal aparca el descanso y se va a Croacia de viaje romántico
El cuerpo técnico de Hansi Flick esperaba que Lamine aprovechara el parón para centrarse en su recuperación. En cambio, ha escogido un viaje romántico y nuevas apariciones mediáticas. En el Barça creen que el jugador está demasiado expuesto, que su vida privada se mezcla con su carrera y que todavía no ha madurado lo suficiente para manejar la presión de ser el heredero de Messi.
Su renovación reciente, con un contrato largo y un salario elevado, fue vista como una apuesta de futuro. Pero también trajo consecuencias. Lamine recibió el dorsal 10, el más simbólico del club. Un gesto de confianza que, según algunos compañeros, le ha hecho cambiar su actitud. “Va un poco sobrado”, dicen desde el vestuario. No todos aprueban sus aires de estrella ni la forma en la que afronta los entrenamientos.
Dentro del equipo, hay voces que piden más humildad y trabajo. Flick, exigente como pocos, no tolera los descuidos. El técnico alemán ya le ha pedido públicamente más intensidad sin balón y más compromiso en la presión defensiva. Contra el Paris Saint-Germain, Lamine jugó con visible cansancio, pero no pidió el cambio. Un gesto que el entrenador interpretó como un acto de orgullo y falta de autocrítica.
Las alarmas suenan cada vez más fuerte en can Barça
En los despachos, Laporta y Deco siguen confiando en él, pero también le han transmitido su malestar. Saben que Lamine está rodeado de un entorno difícil, con amigos y asesores que no siempre miran por su carrera. Le aconsejan desde la emoción, no desde la responsabilidad. Y eso preocupa. “Está en una edad delicada, necesita equilibrio”, confiesan fuentes cercanas al club.
Por eso, en Can Barça temen que este conflicto entre el talento y la madurez acabe pasando factura. Lamine Yamal lo tiene todo para ser el mejor del mundo. Pero si no cambia su actitud, si no asume que ya no es un niño, puede que su sueño de reinar en el Camp Nou empiece a desvanecerse antes de tiempo.