El futuro de Marc Casadó sigue generando debate en el entorno del FC Barcelona. El centrocampista, que ha estado en el radar de varios equipos de la Premier League y de LaLiga, podría salir si llegara una oferta cercana a los 30 millones de euros, cifra que la directiva culé vería con buenos ojos dadas las necesidades económicas del club. Sin embargo, dentro del vestuario no todos comparten esa visión. Y uno de los que más claro lo tiene es Lamine Yamal, la gran joya azulgrana.
El extremo de solo 18 años se ha consolidado como una de las figuras más determinantes del Barça y no ha dudado en pronunciarse en privado sobre la situación de Casadó. Para él, vender al centrocampista sería un error estratégico, ya que aporta mucho tanto dentro como fuera del terreno de juego. Su carácter, su polivalencia y su capacidad para asumir diferentes roles en el centro del campo le convierten en un perfil muy valioso para la plantilla.
La importancia de Casadó en el vestuario
Aunque no sea titular habitual, Casadó se ha ganado el respeto de sus compañeros y del cuerpo técnico por su actitud ejemplar y su compromiso con el club. Lamine, que ha compartido vestuario con él desde categorías inferiores, lo conoce bien y sabe lo que significa tener a un futbolista de esas características en el equipo. Más allá de los minutos que pueda acumular, el joven atacante considera que Casadó es esencial para mantener la competitividad interna y el equilibrio del grupo.
Además, en una temporada tan larga y exigente, contar con jugadores fiables como él puede marcar la diferencia. Lamine está convencido de que en algún momento llegará su oportunidad de brillar, y por eso insiste en que desprenderse de él sería precipitado.
La visión de Flick y la directiva
Por su parte, Hansi Flick mantiene una postura más neutral. El técnico alemán confía en Casadó y valora sus cualidades, pero entiende que si el club necesita ingresos y llega una oferta irrechazable, podría darse su salida. En los despachos, la situación es clara: cualquier operación que supere los 30 millones ayudaría a mejorar la situación financiera y permitiría reforzar otras posiciones más urgentes, como la defensa.
Sin embargo, la presión del vestuario, y especialmente de figuras como Lamine Yamal, podría influir en la decisión final. La directiva sabe que escuchar a los líderes del equipo es importante para mantener la cohesión y evitar tensiones innecesarias.
Un futuro abierto
Por ahora, Casadó sigue centrado en el Barça y no tiene intención de moverse salvo que desde el club le transmitan lo contrario. Mientras tanto, Lamine seguirá defendiendo su continuidad, convencido de que el canterano puede ser muy útil a lo largo de la temporada.
El pulso entre las necesidades económicas y la voz del vestuario está servido. Lo que está claro es que, para Lamine Yamal, vender a Casadó sería dar un paso atrás en la construcción de un Barça competitivo y con alma culé.