Uno de los pocos fracasos que el Barça tuvo en el mercado veraniego fue Bernardo Silva. Su caso fue incluso más doloroso que el de César Azpilicueta, ya que Xavi Hernández estaba completamente obsesionado con el astro del Manchester City, al cual quería a toda costa. Aunque no fuera una necesidad, y en su posición tuviera efectivos más que de sobra, no se lo pensó dos veces antes de pedir su fichaje a Joan Laporta, que obedeció sus órdenes.
Y tanto el presidente como Mateu Alemany estuvieron negociando para conseguir su contratación, una cosa que desgraciadamente no fue posible. Pese a que tenían un acuerdo totalmente cerrado con el futbolista y con su representante, Jorge Mendes, el excesivo dinero que pedían los ingleses provocaron que todo quedara en nada, para fortuna de Pep Guardiola. Porque el entrenador catalán no quería quedarse sin una de sus piezas clave.
La fallida venta de Frenkie de Jong provocó que desde el Camp Nou se quedaran sin suficientes recursos económicos como para poder permitirse la incorporación del internacional portugués, cuya contratación quedó aplazada, al menos, hasta el próximo verano. Sin embargo, no se han olvidado de él, y los planes que tienen pasan por volver a probar suerte en 12 meses, momento en el cual confían en poder tener mucha más éxito.
Es un misterio saber qué pasara, y si en el Etihad Stadium esta vez sí que estarían dispuestos a permitir la salida de Bernardo, quien llegó en 2017 a cambio de 50 millones de euros. Lo que es seguro es que el Barça no se rendirá y volverá a insistir por el ex del AS Mónaco y del Benfica, que estaba muy ilusionado con la idea de poder probar suerte e iniciar una nueva aventura en La Liga Santander, después de haber ganado prácticamente todo en las seis campañas que acumula en la Premier League.
Xavi está obsesionado con Silva, y le garantiza ser titular indiscutible, aunque para ello tendría que sacrificar a otro crack de la plantilla.
Bernardo, uno de los mejores socios de Cristiano Ronaldo
Así que muy probablemente Bernardo esté en su último curso en Inglaterra, donde intentará ganar la Champions League, el título que se le resiste. Pero antes también espera poder ayudar a la selección de su país a conquistar el Mundial de Qatar, que es el gran sueño que tienen.
Allí también es una pieza fundamental, y se ha convertido en uno de los mejores socios para Cristiano Ronaldo, con quien forma una conexión letal.