La era Mike Brown en los New York Knicks ha comenzado con una declaración de intenciones tan contundente como inquietante para sus estrellas. Pese a las expectativas de un estilo menos asfixiante tras la salida de Tom Thibodeau, el nuevo entrenador ha dejado claro que Jalen Brunson seguirá cargando con el mismo peso dentro del equipo. Ni descanso, ni rotaciones milagrosas: la fórmula seguirá siendo la del esfuerzo máximo y la resistencia al límite.

Durante el último partido de pretemporada, un duelo aparentemente intrascendente frente a los Charlotte Hornets, Brown envió un mensaje contundente al resto de la liga: sus estrellas jugarán mucho y jugarán duro. Tanto Jalen Brunson como Mikal Bridges disputaron 34 minutos en un simple amistoso, una cifra que superó ampliamente los estándares de la mayoría de los equipos durante el training camp.

Jalen Brunson
Jalen Brunson

Mike Brown no reducirá la carga de Jalen Brunson

La justificación de Brown fue clara y contundente, un mensaje directo para el resto de la liga y, sobre todo, para sus jugadores: “Esta noche quería mantener unos 34 minutos en pista a Jalen Brunson y Mikal Bridges porque es aproximadamente el tiempo que quiero que jueguen en la regular season ". El debut oficial de los Knicks contra los Cleveland Cavaliers será la primera prueba de fuego de un proyecto que, si bien tiene un nuevo estratega en la banda, conserva la filosofía de desgaste extremo que caracterizó la era Thibodeau. El objetivo, por supuesto, es cimentar una ética de trabajo inquebrantable que les permita competir en la Conferencia Este.

Ahora bien, no es un secreto que Jalen Brunson es mucho más que el base titular de New York; es la fuerza motriz del proyecto. Su liderazgo en la pista y su capacidad para elevar su juego en los momentos cruciales lo han convertido en el referente indiscutible del vestuario. Mike Brown, un técnico conocido por su disciplina, ha encontrado en Brunson a su perfecto ejecutor y ejemplo. Tras el triunfo 113-108 sobre Charlotte, Brown no escatimó en elogios: "Es pura dinamita, un líder con una ética de trabajo a la altura". Pero estos halagos vienen con la letra pequeña de una exigencia brutal, realizando cada entrenamiento como si fuera el séptimo encuentro de playoffs.

Jalen Brunson
Jalen Brunson

Un cambio de entrenador, pero no de mentalidad

La temporada pasada, Brunson cerró la campaña con un promedio de 35,4 minutos por partido, mientras que Bridges alcanzó los 37. Eran cifras que le valieron a Thibodeau un sinfín de críticas por la posible fatiga de sus estrellas, pero que también se tradujeron en una clasificación a las semifinales del Este. La diferencia ahora, según Brown, es que esta alta carga de minutos se implementará con una mayor medición táctica, buscando mantener a los jugadores sanos hasta los playoffs. Sin embargo, la historia reciente demuestra que en el Madison Square Garden, el descanso es un lujo que las figuras rara vez pueden permitirse si el equipo quiere aspirar a la gloria.

Si Brunson es el arquitecto ofensivo, Mikal Bridges es la pieza maestra de la defensa. Su llegada a los Knicks fue vista como un movimiento estratégico brillante de la gerencia, que Brown valora profundamente. El entrenador lo ha calificado como "un defensor de élite, de primer quinteto", una pieza irremplazable para la identidad agresiva que busca instaurar. Por eso, al igual que Brunson, Bridges está condenado a no disfrutar de descansos prolongados. Ambos son el eje inamovible sobre el que Brown construye una identidad de equipo física, disciplinada y de alta intensidad.