La llegada de Hugo González a los Boston Celtics ha despertado una gran expectación entre los aficionados y analistas de la NBA. El joven alero madrileño, seleccionado en el último draft, está viviendo una pretemporada de aclimatación en todos los sentidos: nuevo país, nuevo sistema táctico y una intensidad competitiva distinta a la que conocía en Europa. Aunque se había especulado con ciertas dificultades del jugador para comunicarse en inglés, el técnico Joe Mazzulla fue tajante: “Hugo no tiene problemas con el idioma, pero conmigo habla en castellano”.

Sin embargo, más allá de los aspectos lingüísticos, lo que está llamando la atención en el entorno del equipo es la buena relación que el español ha entablado con Neemias Queta, el pívot portugués que apunta a ser titular esta temporada. Ambos comparten idioma y mentalidad europea, factores que parecen haber sido claves para que González encuentre un punto de apoyo en su proceso de integración en el vestuario verde.

Hugo González
Hugo González

Conexión ibérica en el vestuario de los Celtics

La relación entre Hugo González y Queta ha trascendido lo meramente lingüístico. Según fuentes cercanas al equipo, ambos han sido vistos compartiendo entrenamientos individuales, rutinas de gimnasio y momentos distendidos fuera del TD Garden. La química entre los dos jóvenes parece haberse consolidado de forma natural, algo que podría tener un impacto positivo en la cohesión del grupo.

Para Hugo, que apenas tiene 19 años, contar con un referente cercano y con experiencia en el entorno NBA es una ventaja significativa. Queta, que ya vivió el duro proceso de ganarse minutos en una plantilla de élite, se ha convertido en una especie de mentor improvisado. Desde el cuerpo técnico destacan su papel integrador y su predisposición para facilitar la adaptación del español a la dinámica del equipo.

Hugo González
Hugo González

El lenguaje de la confianza

Aunque el baloncesto es un lenguaje universal, la comunicación fluida dentro y fuera de la cancha es fundamental para construir confianza. En ese sentido, el hecho de que Queta entienda y hable castellano le permite ser un puente entre González y el resto del vestuario. Mazzulla, consciente de esa conexión, ha valorado positivamente la relación, asegurando que “la cohesión cultural también ayuda a mejorar la competitiva”.

El entorno de los Celtics ve con buenos ojos esta amistad, interpretándola como una muestra del carácter abierto y trabajador de Hugo. El joven madrileño está dejando una impresión muy positiva en el cuerpo técnico por su ética y su disposición a aprender. En Boston, todos coinciden en que su proceso de adaptación va por el camino correcto, y que contar con un aliado como Queta puede acelerar su crecimiento dentro del exigente ecosistema NBA.