La llegada de Hugo González a la NBA se vendió desde España como el inicio de una nueva era para el baloncesto nacional. Elegido con el número 28 del último draft, el ex del Real Madrid aterrizó en los Boston Celtics con la etiqueta de posible Rookie del Año y como uno de los nombres llamados a revitalizar el proyecto de Joe Mazzulla. Sin embargo, la realidad que se está encontrando en Massachusetts está lejos de ese relato optimista.

En el último partido de pretemporada, una victoria contundente de los Celtics por 138-107 ante los Cleveland Cavaliers, el joven alero solo aportó 4 puntos, un dato que ilustra bien su situación actual. Pese a las bajas importantes que sufre el equipo este curso, su rol sigue siendo secundario y el cuerpo técnico no prevé que supere los 15 minutos de promedio por partido, si llega a esa cifra.

Hugo González
Hugo González

La competencia le cierra el paso

El talento y el potencial de Hugo González son incuestionables, pero su llegada a un vestuario repleto de jugadores exteriores consolidados le ha puesto el camino cuesta arriba. Por delante tiene a Derrick White, Anfernee Simons y, sobre todo, a la estrella Jaylen Brown, quien será el referente ofensivo hasta que se recupere Jayson Tatum de su grave lesión. Cuando el capitán regrese, la competencia por minutos será todavía más feroz.

En los entrenamientos, Mazzulla ha valorado su ética de trabajo y su capacidad para adaptarse, pero el cuerpo técnico considera que aún necesita tiempo para ajustarse al ritmo, la intensidad y la exigencia táctica de la liga. Su rol, al menos en esta primera temporada, parece destinado a ser más formativo que protagonista.

Hugo González
Hugo González

De promesa europea a aprendizaje americano

En Boston confían en su evolución a medio plazo. El plan interno es que González crezca dentro de un entorno competitivo y aproveche cada minuto en pista, sin la presión de tener que rendir como una estrella desde el inicio. Su perfil encaja con la filosofía del equipo: defensa, energía y mentalidad. Pero la distancia entre la expectativa creada en España y la realidad NBA es notable.

La prensa estadounidense apenas lo menciona en los análisis previos a la temporada, y los técnicos insisten en que su adaptación será gradual. Aun así, el exmadridista tiene el respaldo de la organización, que confía en su desarrollo físico y en su capacidad para convertirse en un jugador útil a largo plazo.