El Barça atraviesa una situación límite en el eje de la defensa y Hansi Flick ya ha dado un paso al frente para intentar solucionarla. El técnico alemán ha planteado internamente una idea tan sorprendente como reveladora al poner encima de la mesa el plan de traer de vuelta a Íñigo Martínez en enero. El problema es evidente. El equipo ha tenido que recurrir a Gerard Martín como solución improvisada para ocupar el rol de central zurdo porque, sencillamente, no hay nadie más en la plantilla que pueda ocupar esa demarcación siendo el pie zurdo, el hábil.

La dirección deportiva coincide con Flick con que el Barça necesita refuerzos defensivos en invierno. Pero también saben que, a nivel económico, es imposible pagar un traspaso por un central de garantías. Por eso, el abanico de opciones es mínimo, casi inexistente. Y ahí es donde entra en juego un nombre que hace apenas unos meses salió por la puerta, como Íñigo Martínez.

El Barça no tiene margen y Flick aprieta

Desde dentro del vestuario se reconoce que el nivel defensivo actual no basta para competir al máximo nivel. Flick considera imprescindible reforzar el centro de la zaga y cree que Íñigo puede ofrecer un rendimiento inmediato, conocedor ya de la casa y con jerarquía para liderar en situaciones de emergencia. Su perfil encaja y, sobre todo, llega sin necesidad de un coste exagerado. Ese es el principal motivo por el que su regreso se ha puesto sobre la mesa.

Íñigo Martínez Instagram (1)

Sin embargo, el gran obstáculo se llama Al Nassr. El club saudí está encantado con el rendimiento del central vasco, que se ha adaptado muy bien y está ofreciendo un nivel sobresaliente. No tienen intención de dejarle salir y mucho menos a mitad de temporada. Desde Arabia lo ven como una pieza importante y no contemplan facilitar su marcha.

Un deseo difícil, pero no imposible

Aun así, dentro del Barça creen que existe una única vía si hay la presión del propio Íñigo Martínez. Flick confía en que el jugador pueda verse seducido por la posibilidad de un último baile en el Camp Nou, un regreso simbólico para ayudar al equipo en un momento crítico. Si Íñigo muestra voluntad firme, la operación podría moverse, aunque sigue siendo extremadamente complicada.

Así pues, por ahora solo hay un nombre encima de la mesa y ninguna negociación abierta. Pero es suficiente para que el Barça active el radar de invierno y para que Flick deje claro que, sin un refuerzo en defensa, el equipo sufrirá. La pelota está en el tejado del jugador y del mercado saudí.