Más de dos meses en una pesadilla en la Liga Santander. El Girona no levanta cabeza y vuelve a perder, esta vez en Montilivi, en una de las primeras finales que le quedan a partir de ahora (0-2). El colista, el Huesca, ha sido más efectivo y ha hundido todavía más a los catalanes, que ya ven de más cerca las plazas de descenso.

Recaer en las malas costumbres

El Girona piensa en positivo, pero obtiene resultados negativos. A pesar de salir al césped de Montilivi con un once de gala, con ganas de derrotar al colista y por fin volver a sonreír, no hay manera que el fútbol que tantos elogios ha recibido los vuelva a hacer grandes. Con el descenso bien cerca del cogote, la lucha por la permanencia vuelve a ser el primer objetivo.

Y es que el equipo, con ganas e ilusión, ha empezado a hacer daño desde que el árbitro ha silbado el inicio del partido. Pocas ocasiones, pero cuando llegaban al área, Montilivi se exaltaba. De la emoción y la confianza se ha pasado a la decepción.

Porro Girona Osca EFE

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El Huesca, siempre pendiente de sus contragolpes, se ha encomendado a Chimy Ávila que, en cinco minutos ya pasada la media hora de partido, ha hecho un doblete matador. En el 35 y en el 40 ha hecho dos estocadas casi definitivas a un Girona que ha acabado trastocado.

Se ha recaído a las malas costumbres. Generar, generar y generar, pero sin ser resolutivo. Y a pesar de jugar contra el colista y debutante en Primera División, nunca se puede dar ni un poco de aire al rival.

Con diez es imposible

El Girona, a pesar de recuperar las sensaciones después del descanso, y con la entrada de Àlex Granell y Paik, no ha podido cambiar el marcador. En el segundo tiempo el partido se ha decantado de la banda del conjunto catalán. Más ocasiones, más presencia en el área rival, más centros, pero nada de nuevo.

Portu Girona Osca EFE

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Stuani no ha estado fino de cara a portería. Portu no ha encontrado suerte en su velocidad. El equipo no ha centrado con acierto. Y además, han chocado con el palo. Juanpe, de cabeza, ha estado a punto de marcar el gol de la esperanza, pero se ha encontrado el travesaño. La emoción ha vuelto en los últimos veinte minutos del partido y justo después de haberse hundido un poquito más por la expulsión (con doble amarillo) de Bernardo.

Ni con once ni con diez hombres el Girona ha podido marcar un gol a la portería de un Huesca que ya confía en salir de la cola de la clasificación. El Girona, por su parte, cada vez ve más cerca el descenso (a un punto). Sexta derrota consecutiva de los catalanes y sin ganar desde hace catorce partidos (diez en Liga).