El Girona no ha conseguido contener a un Barça que sigue en estado de gracia. Los blaugrana suman la sexta victoria consecutiva, reafirman su condición de líderes y vuelven a exhibir músculo en un partido sin precedentes.

Más que fútbol

El nuevo derbi catalán de Primera División llegaba impregnado por un clima reivindicativo. La situación política en Catalunya ha posibilitado que Montilivi, durante unos minutos, se convirtiera en el megáfono de más de 13.000 personas. La presencia de Carles Puigdemont en el palco ha desatado los gritos de independencia. Y en este escenario, entre esteladas y banderas del 'Sí', han saltado al césped los jugadores de los dos equipos.

Pablo Machín ha intentado interrumpir el círculo virtuoso del Barça con cambios y situando a Pablo Maffeo sobre Leo Messi en un marcaje individual por todo el campo. Decisión arriesgada y poco frecuente en el fútbol moderno. Ernesto Valverde también movía piezas. Aleix Vidal hacía de extremo, Ivan Rakitic de pivote y Javier Mascherano de central. Paulinho seguía de titular.

El partido tenía los roles definidos antes de empezar. La pelota para el Barça. El desgaste para el Girona. Machín buscaba explotar los espacios y correr al contragolpe. Pero no ha podido. Los blaugrana, a partir de un Andrés Iniesta pletórico, han empezado a monopolizar la posesión y a pisar el área rival.

El peso del escudo del Barça contra la ilusión del Girona. La mala suerte ha desnivelado la balanza. Aday ha desviado un centro de Jordi Alba para superar a Gorka Iraizoz. Sin tiempo para reaccionar. 0-1. Valverde, más allá del resultado, parecía haber acertado, otra vez, con la fórmula. Rakitic asumía los galones de Busquets y Messi seguía a lo suyo, luchando y ganando su guerra individual contra Maffeo.

Demasiadas diferencias

Fallar contra el Barça no es un buen negocio. El Girona ha tenido ocasiones claras pero la alarmante falta de gol parece un obstáculo demasiado grande para sortear. Ter Stegen ha desviado los disparos de Olunga y Douglas Luiz. Y así es imposible hacerle daño a un equipo ha afrontado la segunda parte con ganas de terminar el trabajo.

Aleix Vidal, con una jugada individual y después de un centro de espuela, ha provocado el 0-2, de Gorka. Otra vez en propia. El Girona no tenía suerte y le tocaba aguantar el chubasco, intentando un imposible con más de 40 minutos por delante. Los de Machín, a fogonazos, pisaban el área del Barça pero nunca con sensación de peligro, como si el gol se empezara a convertirse en un problema psicológico.

El Barça ha dormido el partido sin problemas, alargando las posesiones y acelerando las jugadas cuando generaba espacios. La entrada de Busquets ha acentuado la intención de un Valverde que ha encontrado premio al contragolpe. Luis Suárez ha aprovechado un pase muy largo para plantarse solo en el área del Girona. Y en el día que celebraba cien partidos con el Barça en la Liga, Suárez ha hecho el 0-3. Fútbol directo en medio de un entramado de pases.

El resultado era una losa para el Girona, que agotaba los últimos minutos persiguiendo sombras, intentando mantener el amor propio pero los tres puntos ya habían volado hacia Barcelona. Los de Valverde alargan la racha, suman la sexta victoria en seis partidos de Liga y siguen como líderes en solitario de la Primera División.