Josep Maria Bartomeu tiene problemas serios y en todos los ámbitos y sentidos. Después de un desastre tras otro desastre, con el BarçaGate o el inicio de una temporada postridículo de Lisboa, ahora sigue teniendo problemas a nivel económico. Si el ejercicio de la temporada pasada el Barça lo acabó cerrando con 97 millones de euros de pérdidas por culpa del coronavirus, este curso va por el camino.

Nueva rebaja salarial a los trabajadores

Acabe o no acabe echándolo la moción de censura, Bartomeu y su junta directiva necesitan solucionar los problemas económicos actuales como si acabaran el mandato al final de temporada. Por este motivo hace unos días ya informaron a todos los trabajadores del club, deportivos y no deportivos, que se aplicaría una nueva rebaja salarial. Negociando con el club o de manera unilateral.

Y si los trabajadores no deportivos pretenden plantarle cara al presidente, quien también lo hará es el primer equipo masculino de fútbol, los que más cobran y los que tienen la llave de la viabilidad económica del club.

Gerard Piqué Josep Maria Bartomeu Barça Sergi Alcàzar

Piqué con Bartomeu después de la última renovación de contrato / Sergi Alcàzar

Recelo de los futbolistas

Los futbolistas no aceptan la rebaja que propone Bartomeu después que hace unos meses ya les tocaran el sueldo. Por este motivo, con la ayuda del abogado laboralista que han contratado, han preparado un burofax para enviar al club demostrando la disconformidad de la plantilla con la rebaja salarial (menos tres futbolistas).

Según informa RAC1, el presidente blaugrana tiene un nuevo problema: una parte importante del vestuario no reconoce a Bartomeu como un interlocutor válido para negociar. Una situación similar a la que pasó después de la reunión entre Leo Messi y Ronald Koeman a finales de agosto para plantear el futuro del argentino, que ya no consideraba al presidente como un interlocutor.

Con el referéndum de la moción de censura a la vista, parte del vestuario del Barça recela de Bartomeu y ya cree que el actual presidente y su junta tienen los días contados.