El fútbol español está al borde de un cisma. Mientras la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y los grandes clubes se llenan la boca hablando de igualdad y crecimiento, una voz valiente ha expuesto la verdad que la cúpula prefiere ignorar: las estrellas de nuestra Selección Femenina ya no solo son referentes deportivos, sino auténticas máquinas de generar dinero que superan, con creces, a muchos de sus homólogos masculinos.
La bomba ha caído desde un lugar inesperado: el vestuario del Celta de Vigo. Borja Iglesias, conocido como 'El Panda', un delantero que siempre ha usado su plataforma para denunciar injusticias, ha concedido una entrevista a Nós Televisión. Y sus palabras no han dejado lugar a dudas. El ariete —quien fue convocado por Luis de la Fuente para las clasificatorias del Mundial 2026— ha apuntado directamente a la hipocresía económica que rodea al fútbol femenino.

Borja Iglesias: "Alexia o Aitana generan más que yo"
La narrativa oficial siempre ha sido la misma: el fútbol femenino no genera suficientes ingresos, por lo que las diferencias salariales son un mal necesario. Una justificación que Borja Iglesias ha pulverizado con una simple comparación. Al referirse a las futbolistas del FC Barcelona, Alexia Putellas y Aitana Bonmatí, el delantero ha sido contundente: "Posiblemente Aitana o Alexia generen más que yo, es una realidad". Esta declaración constituye un ataque frontal a la base económica que sostiene el modelo desigualitario del fútbol tradicional.
Y es que, según datos actualizados, el impacto global de figuras como Aitana Bonmatí (Balón de Oro y FIFA The Best) o la propia Alexia Putellas (dos veces Balón de Oro), no se limita al campo. Sus patrocinios personales, valorados en varios millones de euros, su dominio en redes sociales con audiencias millonarias y la venta de sus camisetas con la selección y el Barcelona, compiten directamente con jugadores masculinos.

El verdadero obstáculo: la falta de inversión, no la demanda
La reflexión del Panda no se detiene en las cifras. Va más allá, señalando que el fútbol femenino lleva un "crecimiento enorme, pero va más lento de lo que podría ir". ¿La causa? Una brecha histórica de décadas de abandono en infraestructuras y personal capacitado. "Llevan muchos años muy por detrás en infraestructuras, en personal capacitado para ayudarles y todo va creciendo", explicó Iglesias, enfatizando que el atractivo y los ingresos generados por estas deportistas están en constante aceleración.
La realidad es que, mientras los medios se centran en los fichajes y los salarios estratosféricos masculinos, el éxito del fútbol femenino español ha sido una historia de resiliencia. El hecho de que jugadoras como Putellas y Bonmatí, a pesar de las carencias históricas, hayan alcanzado un estatus de referentes mundiales capaces de atraer audiencias globales (véase los récords de asistencia en el Camp Nou antes de las obras del proyecto Espai Barça) evidencia que el problema no es la demanda, sino la falta de inversión y la lentitud burocrática para capitalizar este fenómeno. Es una lucha que el propio Borja Iglesias, un hombre reivindicativo por naturaleza, admite que le gusta librar.