Dani Rodríguez, una de las grandes joyas de La Masia, podría poner rumbo a Mestalla en los próximos días. El extremo guipuzcoano, de solo 19 años, ha regresado recientemente a los entrenamientos tras superar por completo la luxación en el hombro derecho que sufrió el pasado mes de mayo en su debut con el primer equipo frente al Valladolid. Aquella noche, que debía ser el inicio de una etapa ilusionante, acabó de forma amarga después de que una mala caída le obligara a pasar por el quirófano.
Sin sitio en el primer equipo
Con contrato hasta junio de 2027 y renovado el pasado verano, Dani es consciente de que sus minutos bajo las órdenes de Hansi Flick serían escasos esta temporada. La llegada de Marcus Rashford y Roony Bardghji ha elevado la competencia en los extremos a un nivel altísimo, y el técnico alemán ya le ha transmitido que, para seguir creciendo, la mejor opción sería una cesión a un club de Primera. En este contexto, el Valencia CF se ha movido rápido para posicionarse como su destino prioritario.
El club ché busca un extremo desequilibrante que cubra la baja de Fran Pérez, recientemente traspasado al Rayo Vallecano, y ve en Dani Rodríguez un perfil ideal: joven, con desborde, visión de juego y capacidad para asociarse. Las conversaciones entre ambas entidades ya están en marcha, y la propuesta valencianista pasa por una cesión con opción de compra al final de temporada. Por su parte, el Barça se guardaría una cláusula de recompra, una fórmula habitual en operaciones con canteranos prometedores, como ocurrió recientemente con Pablo Torre.
Un salto importante para el jugador
Dani Rodríguez llegó al Barça en la temporada 2020-21 procedente de la Real Sociedad y ha ido quemando etapas con paso firme. La última campaña disputó diez partidos con el filial en Segunda RFEF, firmando tres goles y tres asistencias, cifras meritorias teniendo en cuenta que encadenó varias lesiones. Sus cualidades técnicas, especialmente su zurda precisa, su capacidad para filtrar pases y su inteligencia en la asociación, no han pasado desapercibidas para Flick, que lo incluyó en numerosas sesiones del primer equipo el curso pasado.
Sin embargo, el técnico alemán entiende que un año jugando de forma regular en un equipo como el Valencia puede ser clave para su desarrollo. La exigencia de Mestalla, sumada a la oportunidad de competir por objetivos ambiciosos en LaLiga, le daría a Dani una experiencia que no obtendría permaneciendo en el filial o sumando minutos residuales en el Camp Nou.
La operación podría cerrarse en cuestión de días, y el propio jugador ve con buenos ojos la cesión. Si todo avanza como se espera, Dani Rodríguez cambiará la camiseta azulgrana por la blanquinegra, con la ilusión de volver más maduro y preparado para luchar por un sitio en el Barça del futuro.