Ricky Rubio es un caso único en el mundo del baloncesto. Con solo 14 años, 11 meses y 24 días, el base maresmense hizo su debut oficial en la ACB de la mano del Juventut de Badalona. Poco tardó en convertirse en una estrella mundial, haciendo carrera en el Barça y en la NBA. Ahora, después de largos meses luchando contra los problemas de salud mental que ha expresado siempre de forma abierta, ha decidido volver a casa, donde probablemente disfrutará de sus últimos años de carrera. Pocos deportistas hay mejor preparados para hablar de un fenómeno que ha sacudido por completo el baloncesto catalán en las últimas semanas: el debut de Mohamed Dabone con el primer equipo culé a solo 13 años.
"Parece incluso una explotación"
Dabone y el Barça rompieron todos los esquemas. La noticia dio la vuelta al mundo, hasta el punto que varios observadores de la NBA ya tienen al ninguno viajar a Barcelona para ver de primera mano su talento. Ahora bien, para Ricky Rubio todo esto no beneficia al jugador. "Parece incluso una explotación. Si tienes la calidad que tienes con 13 años, seguramente con 16 o 17 también podrás jugar. O con 18. Cada cosa tiene su tiempo. No puedes quitar esta etapa tan esencial para la persona de cara al futuro para un resultado inmediato", ha defendido al jugador catalán en una entrevista concedida a Jijantes, ya como jugador del Joventut.
"Tendría que haber profesionales, ya hay, para ver en qué etapa empezar a jugar. Al final siempre habrá debate: "Es que este es más maduro con 16 que otro con 18". Sí, pero hay que poner una regla, con unos estudios o con alguien que entienda un poco más todo el tema. Debutar en un equipo profesional donde entras en un mundo muy peligroso, porque estás abierto a muchas cosas, tendría que estar regulado", añade un Ricky Rubio muy crítico.
Ricky Rubio, ilusionado con su nueva etapa en Badalona
Ricky Rubio volvió al Joventut de Badalona el pasado 25 de agosto, empezando una pretemporada exprés que ha acabado casi un mes más tarde. Ahora el catalán ya está a punto para sumar desde el parquet. Su debut ya lo ha hecho, sumando 13 puntos y repartiendo siete asistencias en el primer partido de la Liga Catalana. Y lo más importante, todo indica que ya ha olvidado los problemas de salud mental: "Hoy mismo me siento bien, preparado. Veremos mañana, pero estos últimos años he trabajado mucho con mi psicóloga. Volver a jugar a baloncesto tenía que tener un sentido. Estar en la Penya es dejar un legado. Desde que salí he tenido éxito, pero ha sido más una profesión que una ilusión". Unas palabras que confirman su deseo de volver a vibrar con el baloncesto.