El FC Barcelona avanza hacia una reestructuración clave en su línea ofensiva. Aunque todas las miradas están puestas en la inminente llegada de Nico Williams, el club trabaja en una operación paralela que podría reforzar todavía más su ataque: la incorporación de Marcus Rashford en calidad de cedido. La dirección deportiva, encabezada por Deco, ha recibido el visto bueno de Hansi Flick para activar esta operación, convencido de que una rotación de calidad en las posiciones de ataque será fundamental para afrontar su segundo año al frente del equipo.

Rashford, que busca un cambio de escenario tras una temporada irregular en la Premier League, encajaría en el perfil que el Barça necesita: velocidad, desborde y experiencia internacional. Su llegada se plantea como una cesión asumible en términos salariales, siempre y cuando se concreten algunas salidas clave en la actual plantilla. El futbolista inglés ha sido ofrecido en las últimas semanas y el club azulgrana valora seriamente su incorporación como complemento ideal a Nico Williams y Lamine Yamal.

Flick ha insistido en la necesidad de ampliar recursos ofensivos para mantener el nivel competitivo en todas las competiciones. En su primer año, las limitaciones en el banquillo condicionaron el rendimiento colectivo en tramos decisivos. Ahora, con un calendario más exigente y mayores ambiciones, disponer de variantes de garantías en ataque se ha convertido en una prioridad estratégica.

Un frente ofensivo con rotación de nivel

La posible llegada simultánea de Nico y Rashford no solo ampliaría el abanico de opciones, sino que ofrecería a Flick la posibilidad de ajustar el sistema según las exigencias del rival. Nico, más orientado a la banda izquierda con desmarques verticales y desequilibrio, se complementaría con un Rashford capaz de actuar tanto por dentro como en el costado, aportando potencia y llegada al área.

Rashford

Esta doble operación responde a una planificación deportiva que ya no se basa únicamente en nombres ilusionantes, sino en perfiles funcionales que refuercen el colectivo. Flick quiere velocidad, profundidad y capacidad de presión tras pérdida, y ambos jugadores encajan en esa idea. Además, la fórmula de cesión para Rashford permite explorar un refuerzo de alto nivel sin comprometer los equilibrios financieros que exige la normativa vigente.

En este sentido, el club ha establecido un plan escalonado: inscribir a Nico como prioridad estructural y, una vez liberado el espacio suficiente, activar la operación Rashford como movimiento táctico. Esta hoja de ruta contempla salidas selectivas y una ingeniería salarial que permita encajar ambas incorporaciones en el mismo verano.

El objetivo es claro: dotar al equipo de una delantera con variantes, profundidad y capacidad de respuesta ante cualquier contexto. La llegada de Nico Williams parece encarrilada, pero lo destacable en este caso es que la incorporación de Rashford, con el aval del entrenador, consolidaría una de las líneas ofensivas más potentes del proyecto en construcción. Un doble salto que refleja el nuevo rumbo del Barça.