Cristiano Ronaldo no ha destacado nunca por su ejemplar comportamiento dentro de un campo de fútbol. El portugués ya tuvo varios piques con rivales durante su época en el Real Madrid y con la Juventus sigue haciendo gala de esta actitud.

El último ejemplo ha estado en el partido entre Torino y Juventus (0-1) en el que Cristiano marcó el único gol del partido de penalti para dar la victoria a la Juve. Después de transformar la pena máxima, Cristiano lo celebró golpeando con su pecho al portero del Torino, hecho que provocó una pequeña tangana y recriminaciones del equipo local hacia la actitud de CR7. El árbitro lo amonestó con una tarjeta amarilla, pero Ronaldo no pareció muy preocupado. Ya había hecho lo que quería que era provocar al rival.

Siempre se lo ha criticado de arrogante y poco deportivo con los rivales y con acciones como esta es difícil pensar el contrario. Con esta victoria por la mínima, la Juventus sigue como líder imbatido a la Serie A.