Ir al Santiago Bernabéu ya no es sinónimo de diversión. Al menos, si eres seguidor del Real Madrid. El feudo blanco se ha convertido en un escenario accesible y los aficionados habituales en la Castellana ya hace tres partidos que no disfrutan de una victoria de su equipo. En Madrid la tragedia es total, y es que las tres últimas derrotas tienen un denominador común: han llegado de la  mano de equipos catalanes.

El Girona marca el camino

El primer club catalán en conquistar el Bernabéu, sin embargo, no fue el Barça. El pasado 17 de febrero, el Girona de Eusebio Sacristán sorprendió a todo el mundo después de conseguir una victoria épica por 1-2 contra el Real Madrid. Los hombres de Santiago Solari se pusieron por delante en el marcador gracias a un gol de Casemiro, pero las dianas de Stuani y Portu en la segunda parte cambiaron el resultado.

El Girona, que en aquel momento no ganaba desde hacía 10 jornadas, dio el primer paso para iniciar una racha de imbatibilidad que, dos jornadas después, todavía dura. Paralelamente, el Madrid empezaba a tensionarse al ver qué el Barça se escapaba a 9 puntos de distancia, un margen que este sábado todavía se ha ampliado más.

La victoria, además, también tuvo un valor simbólico. Cuando acabó el partido, el capitán gerundense, Àlex Granell dedicó la victoria a los presos políticos catalanes, un hecho que posteriormente imitaría Gerard Piqué.

Àlex Granell Real Madrid Girona FC

EFE

Dos victorias en cuatro días

Y después del Girona, el Barça. Perder contra el equipo de Montilivi no entraba en los planes del Real Madrid, pero sucumbir ante el Barça, vistos los precedentes, quizás sí. La primera estocada llegó el miércoles pasado. El Barça no jugó un buen partido pero aun así fue capaz de propinar un 0-3 al conjunto blanco en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. La bofetada sólo era un preludio de la tragedia total. Este sábado, sólo tres días después de la primera victoria, el Barça volvió a ganar el Madrid, esta vez para sentenciar la Liga.

Y otra vez, un jugador catalán condenó la situación de los presos. Gerard Piqué, que ya había denunciado el silencio mediático de los medios españoles sobre los presos después del partido de Copa, fue todavía más contundente: "Viví en Catalunya lo que pasó y no son culpables. No hubo violencia y fueron pacíficos", dijo.