Si a Martin Braithwaite le hubieran dicho hace seis meses que acabaría marcando un gol con la camiseta del Barça y siendo un jugador esperanzador para la afición blaugrana, posiblemente se hubiera reído en la cara de su interlocutor. O posiblemente no, porque en más de una entrevista ha dejado claro que los resultados no vienen por casualidad, y que todo el trabajo tiene su recompensa. Sólo de esta forma se explica que en un año haya pasado de estar en el Middlesbrough, un equipo de segunda inglesa, al Barça.
Las urgencias para fichar a un delantero después de la grave lesión de Ousmane Dembelé, por la cual todavía sigue de baja, provocaron que la junta directiva tuviera que buscar un plan alternativo. La carta principal parecía que sería Ángel Rodríguez, del Getafe, pero en un cambio de última hora, la apuesta fue para el danés y se pagó los 18 millones de euros de cláusula que tenía en el contrato con el Leganés.
EFE
Desde un primer momento dejó entrever que no quería ser un jugador exprés, de aquellos que vienen para cubrir una necesidad puntual y después pasan directamente a la lista de traspasos. Todo lo contrario. Más de una vez ha dejado claro que quiere ser una leyenda en el Barça y quiere estar los cuatro años que tiene de contrato. Mientras los aficionados apenas aprendían a escribir su apellido, Braithwaite se dedicó a entrenar y aprovechar las oportunidades que le daba Quique Setién. Corría sin descanso y animaba más el Camp Nou que algunos de los jugadores más veteranos del club.
Su trayectoria blaugrana se tropezó con el coronavirus y no pudo jugar más que tres partidos. Estos tres meses de parón le han servido al danés para seguir trabajando y seguir preparándose para su gran momento, que llegó en el partido contra el Mallorca: primera titularidad y primer gol con la camiseta del Barça.
El nuevo escenario que abre la crisis del coronavirus hará que los millones no vuelen tan fácilmente como en las últimas ventanas de mercado. A la espera de la posible incorporación del delantero Lautaro Martínez, el Barça puede estar tranquilo porque las espaldas las tiene bien cubiertas con Braithwaite. Un jugador que ha pasado de ser moneda de cambio, a un titular por méritos propios en el once de Quique Setién.