Vinicius Júnior es un grandísimo jugador de fútbol, pero su manera de hacer tanto dentro como fuera del campo siempre acaba desmontando la teoría de que es uno de los mejores futbolistas del mundo. Ya hace un año se quedó sin el Balón de Oro, y entró en cólera, pero esto también es por culpa de su actitud. El que es considerado una de las grandes estrellas del Real Madrid ahora es eclipsado por Kylian Mabppé, y sigue demostrando un bajo nivel sobre el césped y que ahora mismo le interesa más el teatro que el fútbol.
Vinicius, protagonista en la victoria del Real Madrid
En el partido contra el Getafe quedó demostrado nuevamente su faceta de actor y que cada vez que se pone el disfraz para engañar a los árbitros es el mejor del mundo. Una simulación excesiva en una presunta agresión de Alla Nyom acabó con el lateral camerunés del Getafe expulsado. Y unos minutos después, una nueva exageración por una falta de Álex Sancris también acabó con otro jugador rival fuera del terreno de juego por acumulación de dos tarjetas amarillas.
Un Vinicius que destaca por este tipo de acciones, como también por protestar más de lo normal y que los árbitros acepten sus constantes desconsideraciones hacia los propios colegiados y hacia los futbolistas rivales. Es por esto que cada vez que va a un campo rival, la afición presente en el estadio va en su contra.
La discusión de Vinicius con Juan Iglesias
Y este último episodio vivido en Getafe también tuvo subcapítulos que confirman su práctica del antifútbol. En una de ellas, se dirigió a José Bordalás, entrenador del Getafe, para decirle el acierto que había tenido al hacer entrar a Nyom, que al minuto de estar sobre el césped ya enfilaba camino hacia los vestuarios. Un Vinicius provocador y que no hace más que ensuciar la imagen del Real Madrid.
Pero lo que también destacó fue la batalla dialéctica que el mismo Vinicius tuvo con Juan Iglesias, jugador del Getafe, después de la segunda expulsión del conjunto local. "Por eso te odia todo el mundo. Aprende de tus compañeros", dice Iglesias con unas palabras que rajaron un poco más el disfraz del Vinicius actor. El brasileño, sin embargo, le respondió de la manera más infantil: "Hablas mucho. Yo soy muy bueno".
Un capítulo más de Vinicius y de su actitud provocadora y desafiante. Seguro que no será el último, y ya veremos cuándo los árbitros se atreven a pararle los pies.