La razón nos dice que el Barça tendría que perder la eliminatoria de los cuartos de final de la Champions League contra el Bayern de Munich, pero en este año excepcional todo puede pasar. Empieza la Final 8 en Lisboa, donde se disputará sin público por el coronavirus y a partido único siete duelos para proclamar al nuevo campeón de Europa. Y los culés, con Leo Messi, pueden creer en los milagros.

El efecto Messi

El Estádio da Luz se vestirá este viernes de gala tal como lo hizo el pasado miércoles, donde el PSG de Neymar triunfó. Esta vez tendrá que ser el césped de Messi y tendrá que intentar parecerse al del Camp Nou para que el Barça pueda seguir vivo en la competición.

Sobre la mesa, visto el pobre fútbol de los últimos dos meses, de las pocas armas ofensivas y de las carencias defensivas, no hay ninguna opción. Pero el efecto Messi siempre puede decantar la balanza. Los de Quique Setién se tendrán que encomendar a los deseos del '10' e intentar apoyarle con al menos 90 minutos de buen fútbol.

Messi Barca FC Barcelona

Messi celebrando un gol contra el Nápoles

También hay que decir que el Barça podrá recuperar figuras clave como Sergio Busquets y Arturo Vidal, que se perdieron el partido contra el Nápoles. Y, como última brizna de esperanza, podría reaparecer Ousmane Dembélé.

El Bayern más vanidoso

Y en el otro lado, el Bayern de Munich, que es el gran favorito, también es el más vanidoso. En los últimos días no han parado de salir personalidades del entorno del conjunto bávaro que alababan a los suyos y despreciaban al Barça, y eso les puede costar caro.

Es bien cierto que el Bayern puede estar orgulloso de su dominio en Alemania, con ocho Bundesliga consecutivas. También demostrando su potencial en la Champions, donde esta temporada ha ganado los ocho partidos que ha disputado. Con el permiso del Manchester City de Pep Guardiola, es el gran favorito para levantar el título el día 23 de agosto.