Esta era una Champions que estaba destinada para el Barça hasta la vuelta de las semifinales de la competición. La consigna de Leo Messi era clara, volver a ganar a la Orejuda después de cuatro años, y las actuaciones del argentino provocaban que los blaugrana fueran los favoritos para levantar el título.

Un partido perdido del Barça, pero qué partido

El Barça perdió sólo un partido en esta temporada de la Champions, pero qué partido para perder. 4-0 histórico del Liverpool que evidenció que el ridículo de Roma no había sido suficiente. Los jugadores no demostraron amor propio por el club y no se vio ninguna brizna de esperanza para cambiar el choque.

Celebracio Liverpool Tottenham Gol EFE

La final de la Champions es el partido más esperado del año a nivel de clubes, con audiencias de millones y millones de espectadores, pero la de este año ha sido una final más que discreta. Liverpool y Tottenham no han querido la pelota en ningún momento y la tónica ha sido un juego lento y aburrido.

Aparte del gol de Salah de penalti en el minuto 2, lo más destacado de la primera mitad ha sido la irrupción de una espontánea en el minuto 18. Poca concentración de los reds y de los spurs que se convertían en idas y venidas, el partido estaba completamente loco.

Los aficionados de fútbol más fieles al juego de toque soñaban con una final entre Barça y Ajax, que de hecho, y después de ver los resultados de la ida, eran los favoritos para estar en la final. La filosofía de Cruyff patente en un terreno de juego tendrá que esperar al menos otro año. Ha brillado el rock and roll de Klopp, que por fin gana una final europea, pero ha quedado claro el poco fútbol de los británicos.