El fútbol son veintidós hombres persiguiendo una pelota pero a veces quien decide el partido es un niño. Este domingo, el nuevo Barça de Quique Setién ha derrotado al Levante gracias a dos dianas de Ansu Fati, un futbolista que ya está en disposición de poner en pie el Camp Nou (2-1). Como en todos los ámbitos de la vida, los más jóvenes necesitan a un avalador y el del extremo hispano-guineano es inmejorable, Leo Messi. El '10' blaugrana cree en el talento de su pequeño compañero y también en el de Setién, un técnico que ya convence en el Estadi. El cántabro ha recuperado automatismos olvidados desde hace más de una década y eso, más allá de los resultados, siempre ilusiona.

Primera gran noche de Ansu

El Camp Nou ha recuperado la sonrisa. En la primera parte, el nuevo Barça de Setién ha demostrado por primera vez desde la llegada del técnico de lo que es capaz. Presión avanzada, juego interior y movimiento constante en la línea atacante; el entrenador cántabro no negocia sus dogmas y los futbolistas blaugrana, por lo visto, se los creen.

Con la defensa situada a muchos metros del área de Marc-André Ter Stegen, el Barça ha encapsulado el Levante muy pronto, hecho que se ha traducido en llegadas constantes a la portería de Aitor Fernández. Cuando los valencianos intentaban marcar territorio en campo enemigo, además, el Barça castigaba los espacios sin piedad.

La primera oportunidad del partido ha sido para el de siempre, Messi, que ha aprovechado una buena pared con Ansu –su socio de la noche– para disparar con la derecha y rozar el palo de Aitor. Era el minuto 14 y el vendaval del argentino y el hispano-guineano acababa de empezar.

Ansu Fati Barça EFEEFE

La siguiente oportunidad ha vuelto a ser para Messi. El '10' ha firmado su jugada clásica –hace falta describirla?– pero el obús desde la media luna lo ha parado al portero visitante. En el minuto 29, y después de una nueva combinación con Ansu, el capitán blaugrana ha vuelto a poner a prueba Aitor, que esta vez ha respondido con una brillante intervención cuando el Camp Nou ya cantaba gol.

Y entonces, magia. El Levante se ha atrevido a dar un paso adelante y a Messi se le han encendido las alarmas. El argentino ha recibido en el centro del campo y, aprovechando que esta noche tiene lugar la Superbowl, ha dibujado a su particular pase de 'quarterback'. La asistencia al espacio la ha recibido Ansu y este, después de aguantar un placaje de Jorge Miramón, ha superado a Aitor por debajo de las piernas. Golazo.

El Estadi todavía celebraba la diana del joven extremo culé cuando Messi, de nuevo, ha querido poner en pie la afición. En esta ocasión, el '10' ha recibido en la frontal, ha contemporizado con el fin de atraer rivales, y entonces ha regalado una nueva asistencia a Ansu, que desde el vértice izquierdo del área, y con la colaboración de Aitor, ha firmado su primer doblete con el primer equipo.

Quedaban poco más de 10 minutos para el descanso y había dos activos que se querían sumar a la fiesta. El primero, Nélson Semedo –irregular a veces, excelente hoy– ha estado a punto de conseguirlo gracias a una jugada individual que ha recordado al mejor Dani Alves, pero su disparo ha acabado en el travesaño.

El segundo en intentarlo ha sido Antoine Griezmann, un futbolista que mejora todas las jugadas en las cuales participa. El francés, a pase de Semedo, ha perdonado el tercero sobre la línea de gol justo antes de que el árbitro señalara el descanso.

Automatismos por pulir

La parte negativa de haber perdonado el tercero antes del descanso, en clave culer, ha sido que el equipo ha sufrido. Ha tenido la iniciativa, pero, tal como pasaba con Ernesto Valverde, ha sufrido en defensa.

En el minuto 50, la enésima combinación entre Ansu y Messi la ha resuelto el argentino con un disparo débil que la defensa del Levante ha salvado bajo palos. Sergio Busquets, poco amigo de celebrar goles, ha cazado el rebote en la frontal y ha estado a punto de situar la pelota en la escuadra, pero le ha faltado puntería.
 

Griezmann Barça EFEEFE

El Barça olía la sangre granota pero los visitantes, mostrando cierto honor, han respondido con verticalidad. Jose Luís Morales y Gonzalo Melero han podido firmar el 1-2 en jugadas aisladas, pero la ocasión más clara, en el minuto 66, ha sido para Hernani, quién lo ha probado con un disparo desde dentro del área con el interior. Tres minutos después se atrevería con un cacao desde la banda izquierda de la frontal. Por suerte para los culés, sin embargo, Ter Stegen ha entrado en escena para poner las cosas en orden. Setién no perdonará la desconexión en la charla post-partido.

Hacía falta un estímulo para desactivar el Levante y este ha llegado desde el banquillo, primero, y desde el césped, después. En el minuto 70, Setién ha movido ficha y ha sustituido a Griezmann por Sergi Roberto, quien se ha situado como falso extremo derecho. El de Reus, de hecho, ha sido el autor de una centro en el corazón del área y Ansu ha estado a punto convertir en el gol de la noche gracias a un remate de chilena que ha rozado el palo. Al delantero del plantel le salía casi todo.

El último tramo del partido ha sido la única mancha negra de la noche. El Barça, con Arthur y Riqui Puig en el campo, ha pagado su vocación ofensiva y ha vuelto a conceder demasiados espacios en defensa. Quien lo ha aprovechado, en el tiempo de añadido, ha sido el exblaugrana Rubén Rochina. De rebote, el valenciano ha situado el 2-1 en el marcador. El gol no tiene efectos prácticos en el resultado pero sirve de aviso. Si los de Setién quieren afrontar la eliminatoria contra el Nápoles con garantías, habrá que seguir puliendo los automatismos.