La noche en Anfield fue una montaña rusa de emociones. El Liverpool superó con claridad a un Real Madrid que nunca encontró su sitio. En el centro de todo, Xabi Alonso, que sigue buscando la fórmula para que su equipo compita en los grandes escenarios. Su plan, eficaz en algunos partidos, se derrumbó ante la intensidad del conjunto inglés.

Hay formas de perder”, dijo Xabi Alonso tras el partido. Pero esta derrota fue más dura que otras. No solo por el resultado, sino por la imagen. El Real Madrid fue un equipo desdibujado, sin ritmo ni presión. En los primeros veinte minutos pareció querer dominar. Luego desapareció. El Liverpool, con su presión alta y su hambre, lo devoró.

El Real Madrid no estuvo a la altura en Andfield

El 1-0 se quedó corto. El marcador no reflejó la superioridad inglesa. Courtois, una vez más, fue el mejor. Sin él, el desastre habría sido mayor. El belga realizó paradas imposibles, sosteniendo al equipo hasta que Mac Allister rompió la red. Fue el único aprobado sobresaliente de la noche.

Courtois calentamiento
Thibaut Courtois

En la defensa, Militao y Huijsen sufrieron horrores. El brasileño estuvo exigido, obligado a tapar huecos que no le correspondían. El joven neerlandés, en cambio, firmó un partido irreconocible. Nervioso, impreciso, superado por la presión. Su falta de experiencia pesó demasiado.

El único que aguantó el tipo atrás fue Álvaro Carreras. Serio, aplicado y cumplidor, contuvo a Salah mejor de lo esperado. Fue, junto a Courtois, la nota más positiva del encuentro.

En el mediocampo, Valverde volvió a ser trabajador. Corrió, peleó, recuperó. Pero fue insuficiente. Tchouaméni y Camavinga no lograron imponer orden. El plan de colocar al francés por la derecha, que funcionó ante el Barça, naufragó esta vez. Camavinga estuvo perdido, cometiendo errores en la salida y sin aportar equilibrio.

Solo se salvó Thibaut Courtois

Arda Güler, por su parte, no encontró su lugar. Desorientado, sin influencia ni claridad. Xabi Alonso intentó recolocarlo en el centro, pero solo consiguió desnaturalizar al equipo. En ataque, Bellingham dejó destellos de calidad, pero también momentos de desconexión. Irregular y falto de chispa, reflejó la falta de ideas del conjunto blanco.

Arriba, el panorama fue aún peor. Vinicius Jr. empezó activo, pero se evaporó tras el descanso. Bradley lo controló con solvencia. Mbappé, la gran estrella, estuvo apagado. Apenas tocó el balón y no fue determinante. Solo un disparo lejano, sin peligro real. Rodrygo, que entró desde el banquillo, tampoco cambió nada: intrascendente.

Mac Allister Liverpool Real Madrid Europa Press
Mac Allister en el Liverpool-Real Madrid Europa Press

El técnico español terminó el encuentro cabizbajo. Sus decisiones tácticas, especialmente en defensa y en la distribución del medio, fueron cuestionadas. Los errores en los balones parados volvieron a castigar al equipo, una constante desde su llegada.

Nos faltó actitud defensiva”, reconoció Valverde. O tal vez colocación, o algo más profundo: un plan coherente. El Real Madrid de Xabi Alonso parece en construcción, pero en Anfield mostró demasiadas grietas.