El fotógrafo menorquín Toni Vidal (Es Castell, 1934) llegó a Barcelona en 1968. Durante sus primeros años de estancia en el Principado, en los años turbulentos del tardofranquismo. En aquellos años, el artista se dedicó a fotografiar a algunas de las más destacadas personalidades del mundo de la cultura catalana (por ejemplo, la imagen más emblemática de Manuel de Pedrolo fue tomada por él). Ahora en el vestíbulo del Museu d'Història de Catalunya se presenta la exposición Toni Vidal retrata a la cultura catalana de los 70, comisariada por Julià Guillamón. Una muestra que sirve para rendir homenaje, al mismo tiempo, al fotógrafo menorquín y a muchas de las personalidades retratadas, en su mayoría desaparecidas. La exposición se podrá visitar hasta el 1 de octubre.

Toni Vidal cultura catalana

Fotografías de Josep Pla de Toni Vidal.

Las gotas de una ola

Observar los soberbios retratos de Vidal nos conduce a la primera mitad de los setenta, un momento de reactivación de la cultura catalana pese a la dictadura. Por las paredes del Museu encontramos a personas de diferentes disciplinas, edad, ideología y carácter. Hay geógrafos como Pau Villa, músicos como los de la Companyia Elèctrica Dharma, periodistas como Montserrat Roig, políticos como Jordi Benet, historiadores como Pierre Vilar, artistas como Joan Brossa, poetas como Martí i Pol o Salvador Espriu, ensayistas como Francesc Candel o Francesc Viadiu, narradores como los hermanos Goytisolo... La selección de fotografías constituye un catálogo completo del mundo de la cultura catalana de aquellos años: desde algunos que colaboraron con la dictadura, como Josep Pla o Salvador Dalí, hasta los que jugaron un papel firme de opositores al régimen, como el líder comunista Rafael Vidiella.

Gabriel Garcia Márquez

Gabriel García Márquez. © Toni Vidal.

Talento malogrado

Buena parte de los fotografiados no pudieron desarrollar un papel normal en la cultura catalana a causa de la dictadura. Es sorprendente la cantidad de talento malbaratado, entre los creadores que acabaron desarrollando su obra en el extranjero, como Calders o Tísner, los que se vieron reducidos al silencio por la represión, como el escritor Amat-Piniella, encerrado en un campo de concentración nazi, y aquellos que no ocuparon lugares destacados en la esfera pública, como los medios de comunicación o la universidad, por su oposición al franquismo. Antoni Vidal incluso salió de Catalunya y fotografió a muchos de los pensadores catalanes que se mantenían en el exilio: en París, en Tolosa de Languedoc... También fotografió a los que acababan de llegar del exilio; es terriblemente significativa la fotografía de Agustí Bartra y Anna Murià, dos grandes eminencias, cuando acababan de retornar del exilio: tenían, probablemente no por casualidad, la máquina de escribir sobre una mesita plegable. Vidal incluso se dedicó a fotografiar a algunos benedictinos de Montserrat, "los monjes sabios", como Massot y Muntaner o el abad Cassià Maria Just, gente que combinó su dedicación a la cultura catalana con la lucha por la libertad.

11 Corberó

El escultor Xavier Corberó. © Toni Vidal.

Introspección

Los personajes que retrata Toni Vidal no son personajes relajados, tranquilos, inmersos en su vida cotidiana. Vidal los fotografía siempre con un ademán trascendente, mirando directamente a cámara, a menudo con un trasfondo de tristeza o de dolor. Pero Vidal consigue transmitir una impresión de fuerza. Sus personajes son sólidos, pétreos, e interpelan directamente al visitante. Vidal es capaz de transmitir una gran energía en sus retratos, tanto usando el color como el blanco y negro (aunque quizás es en este último en el que más sobresalga). En realidad, parece claro que estos retratos constituían, en cierta forma, un homenaje a todos los creadores que se sacrificaron por el desarrollo de la cultura catalana.

toni Vidal cultura catalana MHC

Mirar la historia

Las más de cien fotografías de Vidal expuestas en el Museu d'Història de Catalunya son una magnífica muestra de la vida cultural catalana de los últimos tiempos del franquismo. Ayuda a volver a poner de relieve muchos personajes que ya han desaparecido y que quizás no han sido suficientemente reivindicados, pero que tuvieron un papel destacado en la revitalización de la cultura catalana en los años difíciles. Los que visiten este Museu no se pueden perder la exposición temporal de su planta baja. Y los que paseen por el Port Vell, que piensen en detenerse un ratito en el vestíbulo del Museu para ver, gratis, las fotografías de Vidal. Seguro que no se arrepentirán. Y recibirán una magnífica lección de historia de la cultura catalana.

 

Fotograffía de portada: Manuel de Pedrolo. © Toni Vidal.