Durante aquellos meses de confinamiento que ahora ya parecen lejanos, muchos aprovechamos para explorar nuestros hobbies y dedicar tiempo a cosas que nos gustan, como hacer pan, escribir canciones o empezar una rutina de ejercicios físicos. En el caso de Robert y Michelle King, lo que les apasiona es escribir series. Así, confinados juntos en casa, trabajaban en los guiones de la quinta temporada de The Good Fight y en la segunda de Evil cuando, inspirados por lo que pasaba en el mundo, tuvieron una nueva idea: The Bite.

Una serie diferente

Este drama satírico presenta a dos vecinas pasando sus respectivos confinamientos. Rachel es médico y atiende a los pacientes por videoconferencia mientras intenta salvar su matrimonio con su marido Zach, que está en Washington trabajando en un Centro para el Control de Enfermedades. En el piso de arriba, Lily hace sesiones de dominatrix para clientes a través de la pantalla y ha escrito un libro sobre sus experiencias que la obligará a salir del anonimato. Los conflictos personales de las dos, sin embargo, quedarán en un segundo plano cuando descubran una nueva variante de la Covid-19 que convierte a las personas en zombis.

The Bite serie

El sello de los King es evidente en la perspicacia para hacer comentario de la actualidad, que ya habían demostrado a The Good Fight, y en la capacidad de mezclar géneros - comedia, drama, terror - hasta llegar al surrealismo. Ahora bien, más allá de este sello, The Bite ofrece la garantía de ser una serie diferente. Diferente porque está grabada durante la pandemia. Diferente porque tiene la introducción de los capítulos exactamente a la mitad. Y diferente, también, porque no tiene miedo de hacer comedia sobre la crisis del coronavirus, y esta es su virtud principal.

Voluntad cómica

The Bite no tiene un guión extraordinario y, por razones obvias, tampoco una gran producción, pero sí que realiza una mordaz crítica a la gestión de la pandemia por parte de la ciudadanía y, sobre todo, de las autoridades. De hecho, la parte más divertida de la serie es la sátira dirigida a los políticos, que ante un apocalipsis zombi están más centrados en recuperar la economía y controlar el relato que en la supervivencia de la población.

Esta voluntad cómica, sin embargo, pasa por delante de la lógica del argumento, que, a pesar de estar trabajado y bien documentado, tiene momentos bastante absurdos. A The Bite se le puede perdonar. Porque la serie no busca ser especialmente rigurosa, sino más bien un divertimento, y funciona como tal. Y es que se tiene que valorar la serie como una ficción de pequeña escala, porque las restricciones en el momento del rodaje no permitían grandes fuegos artificiales.

Las limitaciones de la pandemia

Casi todas las interacciones entre personajes son a través de videollamada y cuando no lo son suele ser porque son pareja en la vida real, como Audra McDonald, que aquí hace de Rachel y ya había trabajado con los King en The Good Fight, casada con Will Swenson, que hace el papel de su amante. La serie también utiliza otros recursos puramente pandémicos como tener conversaciones a través de las ventanas, método comunicativo que utilizan la misma Rachel y su vecina Lily, interpretada por una impecable Taylor Schilling (Orange Is The New Black).

Pero hay una limitación de las restricciones que es inevitable, y es la ausencia de exteriores. Y esta ausencia, a lo largo de seis capítulos, acaba siendo un poco claustrofóbica, igual que nos sentíamos todos durante el confinamiento, y en la mayoría de casos en pisos menos lujosos que los de las protagonistas. Ahora bien, a pesar de sus limitaciones, The Bite acaba siendo una serie entretenida y divertida gracias a la capacidad satírica de sus autores. No esperáis encontrarla en las listas de las mejores series del año, pero es una buena opción, la que os ofrece Movistar+, para pasar un Halloween con más risas que espantos.

The bite serie