Tras la Guerra Mundial llegaron, con grandes esperanzas, las descolonizaciones de los países asiáticos y africanos. Se creía que los nuevos Estados romperían con la herencia colonial y se abrirían a un futuro mejor. Con el tiempo llegó la desilusión... Y se constató que los nuevos regímenes no habían acabado con el legado colonial. Territorios indefinidos. Perspectivas sobre el legado colonial es una exposición que trata de analizar, sobre todo, las continuidades del mundo postcolonial con el universo colonial a través de las obras de arte. "El sueño de modernidad asociado a las independencias se ha hundido" ha explicado Ferran Barenblit, director del MACBA, en la presentación de la exposición y ha destacado que el drama del Mediterráneo es, hoy por hoy, el máximo exponente de este fracaso. La exposición ha sido comisariada por Hiuwai Chu, curadora del MACB, quien ha querido explorar la huella colonial mediante un conjunto de visiones plurales, de 16 artistas de orígenes muy diferentes. En Territorios indefinidos hay obras realizadas entre los años 1970 y la actualidad. La exposición se podrá ver hasta el 20 de octubre.

territorios indefinidos MACBA Miquel Coll

Cinco de los artistas, Naeem Mohaiemen, Alán Carrasco, Pala Pothupitiye, Sandra Gamarra y Mariana Castillo, ante el mural Look How Far We've Come, del artista indígena americano Jeffrey Gibson.

El mundo que no fue

La pieza central de la muestra es la película Two meetings and a Funeral (2017) de Naeem Mohaiemen, una obra basada en una cumbre del Movimiento de los No Alineados, en Argel, en 1973. Su autor, Naeem Mohaiemen, ha explicado que con este film ha querido hacer una reivindicación del socialismo, un socialismo que estaba muy extendido por los países descolonizados y que fue destruido, en buena parte gracias al apoyo de los regímenes más conservadores al islamismo. La película, que combina las imágenes de archivo con filmaciones nuevas y con la narración del historiador Vijay Prashad, se proyecta en gran formato, en una sala ad hoc, ya que está grabada a gran formato: necesita una pantalla triple. No es la única pieza audiovisual: convive con otras en formato más pequeño. Por una parte está El núcleo de la gran unión, un montaje de The Otolith Group basado en las fotografías que hizo el escritor afroamericano Richard Wright cuando viajó a Ghana en 1953 para dar apoyo a los grupos independentistas de este país; en cierta medida esta obra se puede leer en clave panafricanista, pero también muestra las limitaciones de la identificación de los afroamericanos con los negros africanos (en realidad, Richard Wright es el autor de una obra con una visión terriblemente colonial de los catalanes y de los españoles: Pagan Spain. Expeditions 1: Signs of Empire, del colectivo Black Audio Film, denuncia las contradicciones del imperialismo contraponiendo los discursos políticos coloniales con las imágenes de archivo del periodo colonial. Finalmente, el colectivo Superflex presenta Kwasa, Kwassa, un documental sobre la isla de Mayotte, un territorio del archipiélago de las Comores que sigue perteneciendo a Francia y que se ha convertido en el punto de destino de las pateras de las islas de los alrededores...

Naeem Mohaiemen, Two Meetings and a Funeral, 2017. Foto Michael Nast

Naeem Mohaiemen, Two Meetings and a Funeral, 2017. Foto: Michael Nast.

Contra los imperialismos

Varias piezas son una reivindicación de la diversidad lingüística frente al colonialismo, como las acuarelas de la serie Eso no es un albaricoque, de la brasileña Maria Thereza Alves, en la que se muestra la diversidad de frutas del Amazonas que en portugués del Brasil se definen con la palabra "damasco" ("albaricoque"). También la instalación audiovisual Black Sunlight de Dana Whabira apela a la discriminación de la lengua shona a través de la figura del escritor de Zimbabue Dambudzo Marechera. En cambio, los dibujos y las pinturas de Pala Pothupitiye nos transportan a la crítica de la cartografía, usada como técnica de dominación sobre países como Sri Lanka, que sufrió la ocupación portuguesa y la británica. Munem Wasif a través de un conjunto de fotografías, critica las fronteras coloniales a partir del caso de la división entre India y Bangladesh. Sandra Gamarra va más allá y en Mercancía I se cuestiona la imposición en el mundo colonizado de taxonomías y formas de organización del espacio que no son nocivas por sí mismas, pero que sí que lo son en tanto que uniformizan el mundo.

territorios indefinidos flores Miquel Coll

Kapwani Kiwanga, Flowers for Africa, 2017. Foto: Miquel Coll.

El último adiós

La última sala de la exposición está dedicada a obras que revisan críticamente el proceso de las independencias. En una pared la pakistaní Maryam Jafri expone fotografías de los días de la independencia de diferentes países que obtuvieron la soberanía entre 1934 y 1975. Por una parte reflejan la gloria de aquel momento, pero por otra se constata que todos los rituales y toda la representación del poder en aquellos días respondió a los moldes coloniales, y que el colonialismo, de una forma u otra, continuaría. La exposición acaba con un montaje muy especial de la canadiense Kapwani Kiwanga, Flowers for Africa, que muestra, repartidas por la sala, reproducciones de los ramos de flores que se dieron en las ceremonias oficiales el momento de las independencias de diferentes países africanos y asiáticos. Ahora son muy bonitos. Pero mientras dure la exposición, estos ramos se dejarán secar, como símbolo de los problemas de las post-independencias... En realidad, Kiwanga podría haber sido más cruda, porque en algunas culturas africanas, las flores sólo se asocian a la muerte; la ceremonia de independencia era, en cierta medida, un entierro anunciado.

Mariana Castillo Deball, Nuremberg Map of Tenochtitlan, 2013

Mariana Castillo Deball, Nuremberg Map of Tenochtitlan, 2013. Imagen cortesía de Mariana Castillo Deball y CAPC Musée régional d'art contemporain, Sérignan, Francia.

El antiguo colonialismo español

El colonialismo español no tiene un papel central en esta exposición. La pieza más destacada sobre este tema es el Mapa de Nuremberg de Tenochitlan, una pieza de Mariana Castillo Deball, elaborada en el suelo, que remite a las cartografías coloniales como una forma de conquistar el mundo. La complementa un retrato huidizo de Túpac Amaru II, con el sugestivo título Chinkachiy; es la propuesta de Alán Carrasco, que con esta técnica quiere denunciar la desaparición de la figura del líder indigenista peruano de los billetes de su país. Y Hiuwai Chu ha colocado en la misma sala que estas dos obras una pieza de la colección del MACBA sobre el monumento en Cristóbal Colón de Barcelona, hecha por Daniela Ortiz y Xose Quiroga. Es una pena que las referencias al colonialismo español no hayan estado más explícitas y más presentes. Ni una sola referencia a la experiencia colonial española en África. Hace falta, quizás con urgencia, una reflexión artística sobre el colonialismo en primera persona. Y la experiencia colonial española en África, con la brutal guerra de Marruecos, pero también con la trágica descolonización del Sáhara o la aculturación en masa de Guinea, daría para una reflexión artística de primer orden. Que las obras sobre esta experiencia colonial no estén en el MACBA (y que probablemente ni existan), y que vuelva periódicamente la nostalgia colonial a los discursos políticos, parece indicar que alguna cosa no va muy bien al Estado español, y que el mundo artístico no es inmune a ello.

 

Foto de portada: Superflex, imagen de la película Kwassa Kwassa, 2015. Comisionada por Beaufort Beyond Borders 2015 y la 6ª Bienal de Marrakech. Con el apoyo del Danish Art Council.