El barco catalán Sant Magí transportaba pasas, sacos de avellanas, brandy y papeles de todo tipo, pero ni los víveres ni las cartas llegaron a buen puerto: el 13 de octubre de 1747, unos piratas ingleses lo capturaron en Sao Vicente, al sur de Portugal. Hoy, el secuestro de esta nave —y de tantas otras de la época— se ha convertido en una mina para los historiadores.

Más de un siglo de documentos robados por Gran Bretaña en un archivo

Entre 1652 y 1815, los corsarios y los barcos de la Marina británica capturaron unos 35.000 barcos cargados de objetos y 500.000 documentos oficiales, cuadernos de marineros y de navegación, legajos judiciales y cartas personales escritos en veinte lenguas diferentes, entre ellas el catalán. Todo este material de archivo se conservaba encerrado en la Torre de Londres, y desde 2023 se ha empezado a desempolvar. Unos 130 barcos procedían de España, y el jueves pasado se hizo público, a petición de 3CatInfo, que uno de estos barcos secuestrados, el Sant Magí, contenía decenas de documentos en catalán que datan de 1747.

La existencia de los documentos del Sant Magí demuestra que el catalán continuó siendo la lengua dominante hasta 30 años después del Decreto de Nueva Planta

En catalán a pesar del Decreto de Nueva Planta

El hallazgo incluye cartas personales y documentos oficiales treinta años después del Decreto de Nueva Planta, impuesto tras la derrota catalana de 1714, que establecía el castellano como única lengua de la administración, la justicia y la documentación oficial. En este sentido, Quentin Daste, encargado de los papeles en catalán, explicaba a 3CatInfo que la existencia de los documentos del Sant Magí es significativa “porque demuestra que el catalán siguió siendo la lengua dominante para la correspondencia privada y la comunicación cotidiana —especialmente entre las mujeres— que tenían menos acceso a la educación, hasta treinta años después del Decreto de Nueva Planta”.

Todavía hay muchos documentos por descubrir. Así lo explicaba la responsable de documentos, Amanda Bevan, que aseguraba que “es muy probable que encontremos más material en catalán” y que “es el proyecto más emocionante en el que ha trabajado nunca”. Con todo, el proceso es lento y quedan muchas cajas selladas.

Una carta de Josepha Llopés a su esposo y otra del marinero Antoni Tutzó

Una de las cartas es la que Josepha Llopés envió a su “querido esposo” Bartholomeu Llopés, que en ese momento se encontraba en Málaga y que nunca la recibió

En 2023, la Universidad de Oldenburg y los Archivos Nacionales del Reino Unido iniciaron un proyecto de digitalización y publicación en línea, financiado por la Academia de Ciencias y Humanidades de Göttingen, de 3,5 millones de imágenes de los documentos conservados, bautizados como 'Prize Papers'. Los documentos proceden de barcos de todo el mundo, también de España y de Catalunya. El archivo está dividido por lenguas, y dentro de los 'Spanish Papers' se incluyen papeles escritos en catalán y cartas que nunca llegaron a su destinatario. Una de ellas es la que Josepha Llopés envió a su “querido esposo” Bartholomeu Llopés, que en ese momento estaba en Málaga. Parece que le reprocha que “no le hace suficiente caso” o que “le falta voluntad” —la lectura es difícil, leedlo vosotros mismos en este enlace—. Al parecer, las mujeres escribían más en catalán que los hombres, ya que tenían menos acceso a la educación —que entonces era en castellano—.

Los documentos catalanes se enviaban desde Reus, Barcelona o Vilanova, y a raíz de la investigación impulsada por 3CatInfo se ha encontrado otra caja con documentos en catalán, la del barco Dove, que viajaba desde Santo Domingo en dirección a Cádiz en 1782. En la caja del Dove hay una carta del marinero catalán Antoni Tutzó, que se dirige a los socios Sabater y Compañía para advertirles de que no se fía del propietario del barco.

Los barcos españoles capturados durante la guerra por el monopolio de los esclavos

El Tratado de Utrecht marcó el fin de la Guerra de Sucesión española en 1713, y el contrato de Asiento fue una de las condiciones firmadas entre Gran Bretaña y la Corona española borbónica recién vencedora. El contrato de Asiento consistía en la garantía de que España tendría el monopolio del tráfico de esclavos negros hacia la América española, y muchos de los 130 barcos españoles iban o venían del Caribe. 

A finales del siglo XVIII, el Almirantazgo británico consideró que los documentos no tenían interés, y quedaron olvidados, primero en la Torre de Londres y después en los Archivos Nacionales, en Kew. En 2018, el interés por la documentación revivió e impulsó toda esta ingente investigación, que todavía sigue en curso.