Soløyjar (actualmente condado de Innlandet, Noruega), en los alrededores del año 1000. Una reyerta entre clanes rivales se saldaba con varias muertes en los dos bandos. Poco después, los cadáveres fueron recogidos y enterrados en los cementerios de sus respectivas comunidades. Durante siglos aquellos cuerpos descansaron en la eternidad, hasta que al principio del siglo XX, una actuación arqueológica puso al descubierto aquella necrópolis. En un primer momento, los arqueólogos determinaron que nuestra protagonista era un hombre guerrero de unos setenta años de edad pero una última investigación del año 2017, promovida por la Universidad de Dundee (Escocia), ha revelado que aquel cuerpo pertenecía a una mujer joven de 18 o 19 años: la guerrera vikinga de Soløyjar.

Mapa de Escandinavia (siglo XVI). Rodeado en rojo el condado de Innlandet. Fuente Museo Nacional de EstocolmoMapa de Escandinavia (siglo XVI). Dentro de un círculo en rojo el condado de Innlandet / Fuente: Museo Nacional de Estocolmo

La apariencia de la guerrera de Soløyjar

La guerrera vikinga de Soløyjar no era el primer cuerpo de una mujer que aparecía con el ajuar funerario de un guerrero. En este caso de una guerrera. Pero sí que es la primera que, con la técnica de reconstrucción facial, podemos contemplar en su auténtica apariencia. Los técnicos del Centro de Anatomía e Identificación Humana de la universidad escocesa que han puesto cara a nuestra protagonista afirman que: "la reconstrucción no es precisa al 100% pero es suficiente como para ser reconocida por los que habrían sido sus familiares, amigos y vecinos". Por otra parte, el cabello ondulado y claro, los ojos azules, la piel blanca, la frente vertical, la nariz estrecha y pequeña, la cara ancha y redondeada, y la barbilla prominente nos dibujan un prototipo de la mujer vikinga del año 1000.

Las causas de su muerte

La reconstrucción facial pone de relieve una profunda herida en el frontal del cráneo que los investigadores apuntan claramente que sería de naturaleza bélica. Un ojal de grandes dimensiones en la frente, entre la raíz del pelo y el puente de la nariz, que habría sido causado por el impacto de un objeto contundente: muy probablemente la empuñadura de una espada o de un hacha o por la hoja metálica de uno de estos dos instrumentos. Pero, en cambio, no parece que fuera la causa inmediata de su muerte. Los investigadores han advertido que sobre la zona de la herida, se practicaron varios intentos de curación. No obstante, lo que queda fuera de cualquier duda es la causa de la muerte: bajo la herida, el cráneo está perforado, lo cual aventura una agonía extremadamente dolorosa.

Representació de mujeres guerreras escandinavas (siglo IX). Font Nationalmuseet Copenhague

Representació de mujeres guerreras escandinavas (siglo IX) / Fuente: Nationalmuseet Copenhaguen

Las mujeres en el mundo vikingo

En las sociedades escandinavas del año 1000 la mujer jugaba un papel de relativa igualdad con respecto al hombre. Bien diferente de lo que pasaba en el resto de Europa, sobre todo en la cuenca mediterránea que, siglos antes, había quedado sumergida por los lodos de la cultura patriarcal griega y romana. En el mundo escandinavo del año 1000, las mujeres ejercieron, en pie de igualdad, actividades que en el sur de Europa estaban reservadas exclusivamente al género masculino: propietarias agroganaderas, comerciantes, navieras, y... ¡guerreras! La historia del mundo vikingo está escrita, también, por mujeres como, por ejemplo, la capitana Freydis Eriksdottir, que, con toda probabilidad, fue la primera persona originaria de Europa que puso los pies en el continente americano (siglo XI).

¿Por qué mujeres guerreras?

El caso de Freydis Eriksdottir, hija de Erik el Roig, es muy adecuado para explicar el acceso de las mujeres de las élites sociales y políticas a la profesión militar. Porque, aunque el mundo escandinavo del año 1000 era, social y económicamente, muy igualitario, las jerarquías existían y estaban perfectamente definidas e identificadas. Pero, en cambio, el ajuar de la guerrera de Soløyjar no apunta a un origen oligárquico. Entonces, la cuestión sería: ¿por qué motivo una mujer de clase aparentemente humilde había derivado hacia una actividad militar? Una posible respuesta a la pregunta nos la podría revelar su propia vocación personal. Pero los historiadores del mundo vikingo han revelado la existencia de un fenómeno que, también, lo podría explicar: algunas mujeres (todavía no sabemos si pocas o muchas) se militarizaban profesionalmente para evitar un matrimonio forzado.

Representació moderna de Freydis Eiriksdottir. Font Pinterest

Representación moderna de Freydis Eiriksdottir / Fuente: Pinterest

Los sueños de la guerrera de Soløyjar

En el mundo vikingo la negociación matrimonial era una lacra que afectaba tanto a las mujeres como a los hombres; y que abarcaba tanto a ricos como a pobres. Pero en el mundo escandinavo del año 1000, a diferencia de lo que pasaba en el resto de Europa, la militarización era una fórmula de escape al alcance de todo el mundo; no tan sólo a los enlaces no deseados, sino también a la miseria generalizada. Y este parece que fue el camino que emprendió nuestra protagonista. Probablemente imaginó que, algún día, embarcaría y surcaría los mares lejanos en busca de riqueza y de prestigio. Pero la persiguió prematuramente la muerte y sus sueños se evaporaron entre los árboles de los bosques de su ocultado mundo, cuando el brillo de sus ojos y la fuerza de su juventud se apagaron para siempre.

Imagen principal: Reconstrucción facial de la guerrera vikinga de Soløyjar / Fuente: The Guardian-National Geographic