Está hecho. Editorial Prensa Ibérica (EPI) ha adquirido a Grupo Zeta su deuda con los bancos una vez que estos han accedido a una quita del 70% sobre el total, de 99 millones de euros. Enric Hernández, el director de El Periódico, buque insignia de Zeta, comunicó este martes el acuerdo a su staff. Lo han confirmado a El Nacional otros ejecutivos de esa compañía, que pidieron mantenerse en el anonimato. El traspaso se oficializará cuando EPI y el propietario de Zeta, Antonio Asensio Mosbah, cierren el abono que este percibirá por los activos del grupo, que se cifra en unos diez millones de euros.

El perdedor en esta larga y alambicada puja es el grupo de servicios audiovisuales Mediapro, de Jaume Roures y Tatxo Benet, que había ofrecido directamente a los bancos acreedores diez millones más, es decir, una quita menor de la deuda. En las últimas semanas, Roures ha advertido en las últimas semanas que “hay muchos poderes fácticos que no ven con buenos ojos” su intento de adquirir la editora de El Periódico y Sport.

El último obstáculo que ha debido superar la operación son las dudas del Institut Català de Finances, dependiente del Departament d’Economia de la Generalitat —al que Zeta debe casi trece millones de euros—, y de Kutxa, el banco vasco, con un pendiente mucho menor, que rechazaban la quita. Los bancos más expuestos son el Santander, con unos 30 millones, y CaixaBank, con cerca de 23 millones, que es quien ha llevado la voz cantante del pool de acreedores, en el que también figuran BBVA, Banc Sabadell y otros.

Los bancos, protegidos

La operación se ha formalizado de manera que los bancos acreedores queden protegidos ante posibles acciones judiciales de accionistas descontentos por el rechazo de la propuesta de Mediapro, una compañía mucho mayor que además ofrecía más dinero y un horizonte corporativo más despejado. Mediapro (Imagina Media) es el segundo grupo español de comunicación por ingresos. En 2017 facturó 1.649 millones de euros y obtuvo 145 millones de beneficios.

EPI es el noveno grupo del sector por facturación. Ingresó 175 millones de euros en 2017, con un beneficio de 2,3 millones. Javier Moll de Miguel es el presidente de la compañía, que edita 20 diarios y revistas locales líderes en sus provincias, entre ellos Faro de Vigo, La Nueva España (Asturias), Levante (Valencia) y Diario de Mallorca. También cuenta con 26 licencias de TDT, dos canales de televisión en Alicante y Valencia y una emisora de radio en Valencia. EPI es el único grupo de prensa español en expansión. En Catalunya edita Diari de Girona, Empordà i Regió 7.

La adquisición del Grupo Zeta supone para EPI un aumento de tamaño colosal  y un desafío de gestión aún mayor, pues Zeta facturó 136 millones en 2017 y registró pérdidas de 20,7 millones. Este grupo edita seis diarios de información general y dos deportivos (El Periódico de Catalunya, Sport...), 44 gratuitos, quince revistas (Cuore, Woman...) y 50 publicaciones de empresa. Estaba en venta desde el verano de 2017, una vez reestructurada su deuda. El pasado diciembre, tras incumplir el pago de un primer tramo de nueve millones, Asensio pidió una quita del 50% de la deuda. La respuesta de los bancos acreedores fue intensificar la búsqueda de un comprador.

La mejor opción

Roures y Benet han manifestado interés por Zeta desde que se puso a la venta por primera vez, hace doce años. Además de poner sobre la mesa la mejor oferta económica, sus rivales en esta operación son, sobre todo, grupos de diarios impresos —una categoría en declive— para quienes los activos de Zeta son más de lo mismo, mientras que Mediapro es un potente grupo audiovisual en el que los diarios encajan como negocios complementarios a los que puede permitirse financiar su transformación digital.

En privado, todas las partes implicadas en la operación, desde Zeta a los bancos, venían reconociendo que Mediapro era la mejor salida. Sin embargo, este último año, cada vez que se daba por hecho el acuerdo, aparecía un nuevo candidato, cada vez con una cifra de negocios y beneficios menores que el anterior.

Así fueron tentados —y se excusaron— Prisa (El País, Cadena SER), que en 2017 facturó 1.170,7 millones con beneficios de 105,7 millones; Vocento, editora de ABC El Correo, entre otros, con una facturación de 423 millones y 18 millones de beneficios; y Henneo (Heraldo de Aragón), con 128,6 millones de facturación y pérdidas de explotación de 692.172 euros. Con los números en la mano, ninguna de compañías mencionadas hace sombra a Mediapro.

Interviene la Moncloa

EPI, que se había desinteresado por Zeta el pasado noviembre, volvió a la puja tras una oportuna intervención de la Moncloa. Ya había ocurrido antes con Henneo, que recibió “la invitación de sectores tanto políticos como empresariales”, según uno de sus ejecutivos, que rechazó ser identificado, condición impuesta también por el resto de la docena de directivos implicados en la venta que han hablado con El Nacional.

Roures ha denunciado siempre que “fuerzas oscuras” se interponían entre Mediapro y Zeta, en alusión a las intrusiones del gobierno y del establishment español en la operación. Intrusiones que todo el sector da por descontadas en el contexto político y social que se vive en Catalunya.

El empresario audiovisual se enfrenta a la leyenda tejida alrededor de su persona en Madrid. Tiene enemigos poderosos, como el Grupo Prisa, al que arrebató en los tribunales los derechos audiovisuales del futbol español tras una larga y agria batalla. Además, es propietario del digital progresista Público y se ha significado en favor de Podemos. Peor aún, se le ve como el gran apoyo mediático del independentismo, sea por organizar el centro de prensa desde el que se informó del referéndum del 1-O, sea por los documentales dirigidos y/o producidos por él mismo, que ponen al descubierto la represión del procés o las cloacas del Estado. El año pasado, su casa fue misteriosamente asaltada tres veces.