La Universitat de Barcelona (UB) ha presentado hoy Manual de bioética laica (I), de Maria Casado y Manuel Jesús López Baroni, una obra impulsada por el Observatorio de Bioética y Derecho de la UB. En este manual se plantean algunos temas candentes, de máxima actualidad, y se marcan posicionamientos éticos sobre estos. Uno de los más contundentes: el rechazo frontal a "la explotación feroz" que supone la gestación subrogada. Pero el manual también incluye un análisis detallado de los aspectos éticos relacionados con el aborto, con la eutanasia, con los trasplantes, con las relaciones con los animales... Y pone sobre la mesa problemas legales en la materia, como la falta de un registro de donantes de óvulos en Catalunya, o unas "compensaciones" exhorbitadas por las donaciones que inducen a algunas mujeres a tomarlo como un ingreso básico para su vida.

Bioética laica y con preocupaciones sociales

La intención del Observatorio de Bioética y Derecho es que el diálogo entre ciencia y sociedad se produzca de forma informada, especialmente en un momento en que la ciencia ha hecho avances que plantean importantes interrogantes éticos. Maria Casado, autora del Manual, profesora de la Facultad de Derecho y directora del Observatorio, ha destacado que hace falta una bioética laica, en una sociedad como la catalana que ahora es mayoritariamente laica y donde hay mucha gente que no comparte creencias religiosas y que a pesar de todo tiene inquietudes éticas. El Observatorio ha querido dejar claro que no se muestra contrario a la tecnología, pero apunta que hace falta un control estricto de esta y no dejar que el mercado controle nuestras vidas, y han reivindicado que el cuerpo y la salud son bienes que no deberían ser, nunca, comercializados. "El neoliberalismo exacerbado nos acaba perjudicando", concluye Casado, que apunta que en el mundo global la falta de legislaciones a nivel mundial facilita los comportamientos no éticos. El Observatorio denuncia que, hoy por hoy, la gran mayoría de las investigaciones se financian con dinero público pero se subordinan a intereses privados poco claros, y que algunos proyectos ni siquiera se informa correctamente a los ciudadanos que los financian de cómo funcionan.

Saber para defenderse

El Observatorio cree que hace falta que los ciudadanos tengan conocimientos de lo que pasa, a fin de que puedan reclamar sus derechos. Los especialistas en la materia se muestran muy preocupados por el desconocimiento que tienen los ciudadanos sobre la biotecnología, lo que supone una violación de sus derechos, especialmente en un momento de mercantilización de los cuerpos. "Hay determinadas esferas de la vida que tendrían que quedar fuera del mercado" explica Itziar de Lecuona, profesora de la Facultad de Medicina y subdirectora del Observatorio, que se muestra contraria a ciertas políticas de trasplantes y de donación de óvulos o a la gestación subrogada. "Las decisiones son cada vez más opacas", explica De Lecuona, que reclama legislaciones que pongan límites a ciertas prácticas. Y apunta que están apareciendo nuevos problemas: "Hemos pasado de ser personas a ser biodatos. "El paradigme digital supone consecuencias graves para la vida de las personas", advierte, y cita los problemas vinculados a nuevas tecnologías como el reconocimiento facial.

Los conflictos de la maternidad subrogada

Casado se ha mostrado muy crítica con la maternidad subrogada, y ha criticado los discursos que la defienden: "Se vende como derechos una cosa que no lo son. Se confunde las ganas de tener un hijo con el derecho a tener hijo a cualquier precio", afirma. Para esta experta en Derecho, la gestación subrogada: "No es una forma más de tener hijos. Es mucho más que eso", y explica que no hay ningún control sobre estas prácticas, ya que no se respeta ni el derecho a conocer su origen del niño, ni el derecho a rectificar de la madre biológica... Casado se muestra radicalmente contraria a abrir legalmente el acceso a la gestación por subrogación, porque eso supondría ofrecer posibilidades para la explotación de las mujeres gestantes y de los niños (que tienen derecho a conocer sus orígenes). "Es una situación de explotación feroz, incluso en los casos en que las gestaciones son teóricamente gratuitas", denuncia. Ahora la gestión subrogada es ilegal en España, pero se aprueba, por vía de hecho, la legalización de los niños gestados por subrogación en el exterior: "Aceptar este proceso es absolutamente negativo", concluye Casado. Valora muy negativamente la propuesta de legalizar la gestación subrogada en España, que propugna Ciudadanos, alegando que responde a una ideología neoliberal en la que todo está a la venta, incluso los cuerpos, que hasta ahora se habían considerado al margen de cualquier negociación.

Los beneficiarios del asunto

El Observatorio apunta que buena parte de las políticas en esta materia están condicionadas por las empresas intermediarias, muy potentes, que actúan en los países del Sur y que incluso tienen contactos en las empresas de reproducción asistida. El Observatorio apunta que si se legalizara la maternidad subrogada, eso se tendría que hacer de forma muy restringida, sin intermediarios y bajo un estricto control judicial (que incluya la posibilidad de la gestante de arrepentirse y el registro del niño como hijo de su madre biológica). Casado ha querido recordar que en Portugal la ley de gestación subrogada aprobada por el Parlamento fue finalmente declarada inconstitucional, y que en la India, donde había "granjas de mujeres", donde las embarazadas eran mantenidas en residencias hasta el parto subrogado, estas fueron suprimidas. "Estamos en una situación de locura, que nos indica hacia qué tipo de mundo estamos "yendo", explicar al doctor Albert Royes, secretario de la Comisión de Bioética de la UB. El veterano profesor apunta que "El mundo está lleno de niños que no tienen atención y que podrían estar mucho mejor con parejas o personas solas que los cuidaran". Royes apuesta por potenciar la adopción, con reformas legales y no entrar a discutir "unas propuestas que son brutales" y que reforzarían las graves desigualdades ya existentes.

La eutanasia se mueve

Albert Royes ha querido referirse, también, a la eutanasia, otro de los temas que plantea el Manual de bioética laica (I). Royes ha querido dejar claro que la Medicina no tiene que luchar contra la muerte, porque eso es imposible, sino contra la muerte prematura. Y Royes cree que la muerte no es prematura cuando una persona pide que no se le hagan más actuaciones médicas, o cuando pide la eutanasia, lo que él considera un derecho. En realidad, el Observatorio se ha declarado a favor de la eutanasia y del suicidio médicamente asistido. Ahora bien, a nivel legal, la situación es compleja. En enero de 2017 el Parlament catalán pidió al Congreso de Madrid que tramitara una modificación del Código Penal para permitir estas prácticas, pero la petición no tuvo recorrido legal. Eso sí, la petición removió el debate, y Unidos-Podemos pidió al Congreso que incluyera esta modificación, pero la propuesta ni siquiera fue admitida a debate. Ahora, ha sido el PSOE quien ha propuesto una ley de regulación de la eutanasia, una ley que Royes considera "muy buena", aunque no estaría de acuerdo con todo su contenido (como por ejemplo, con el hecho de que no se incluya el derecho a la asistencia a la muerte en las residencias). Royes valora muy positivamente que se empiece a legislar cómo decidir sobre la propia vida y que eso sea reconocido como un derecho, aunque no está seguro de que el proceso parlamentario culmine bien.

¿La biotecnología, una amenaza?

Manuel Jesús López, que se ha encargado en el Manual de los apartados sobre biología y tecnología que aparecerán en el segundo volumen, ha querido anticipar alguno de los temas de este. Ha dejado clara la biotecnología se ha convertido, en el mundo actual, en un instrumento de debate político (e incluso de conflicto internacional) de primer nivel. López apunta varios temas polémicos que están en pleno debate y que aparecerán al manual: ¿Se tiene que permitir la edición genética sobre espermatozoos, óvulos y embriones, aunque eso supondría cambiar la genética humana en los descendientes de las personas modificadas?. ¿Hasta qué punto podemos actuar sobre la naturaleza y crear seres vivos nuevos? ¿Hasta dónde es lícito que llegue la convergencia entre tecnología y biotecnología?  Son interrogantes abiertos que no generan consenso. La doctora De Lecuona advierte en este sentido: "Ya se puede editar el gen humano y China está dispuesta a hacerlo sin ningún tipo de limitaciones". Ante esta situación advierte que hace falta actuar ya y legislar sobre el problema, con urgencia. Y el Observatorio empieza a hacer propuestas concretas en este campo. Los miembros de este grupo de la UB recuerdan que sus aportaciones han sido clave para algunas leyes en este ámbito.