La influyente revista norteamericana de espectáculos Variety ha manifestado que el film del director catalán Albert Serra Pacifiction-Tourment sur les îles, que aspira a la palma de oro en el Festival de Cannes, es "curiosamente hipnótico". Variety alaba especialmente "la belleza húmeda" y "vertiginosa fluidez técnica del trabajo de cámara de Artur Tort", así como la actuación protagonista divertida y despreocupada de Benoît Magimel.

"Quizás es significativo que la escena más cautivadora del film implique simplemente entregarse a los elementos, cuando nos dirigimos a uno de los barcos que transportan a los surfistas lejos de la costa, donde unas olas sorprendentemente altas levantan y arrastran a las embarcaciones con un poder inmenso e inhumano. Durante unos minutos la cámara 4K de Tort se tambalea y se eleva con ellos en una rendición emocionante e inmersiva. Pacifiction es una película que, en muchos sentidos, intenta flotar a través de la vida, el agua y el poder, e invita al espectador a ir a la deriva", señala.

La presencia de Albert Serra en el Festival de Cannes causó ayer furor en el certamen francés. Serra entró en la gran sala Lumière donde se proyectaba la película con todos los espectadores de pie y reventando en aplausos entusiastas, con una escena sólo reservada habitualmente a los grandes mitos del cine. Serra saludó con reverencias y con la mano, cómodamente metido en su papel y calzado con espardenyes catalanas. Al final de la proyección, se repitieron los aplausos, que duraron 7 minutos.

Serra desborda en originalidad cinematográfica, y conocimiento del oficio, con un punto de locura antinarrativa que lo aleja del gran público, pero se dice que esta es su obra más madura y al mismo tiempo provocadora. Puede ser la combinación perfecta en Cannes, si el festival quiere arriesgar. La película pasa de la comedia al thriller y acaba rozando el apocalipsis, siguiendo la teoría de Walter Benjamin: "Hay un cuadro de Klee llamado Angelus Novus. En este cuadro se representa un ángel que parece que está a punto de alejarse de alguna cosa a la que mira con fijación. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas desplegadas. Este aspecto tendrá el ángel de la historia. Él ha girado el rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de datos, él ve una única catástrofe que amontona una ruina tras otra, y las va lanzando a los pies. Le gustaría detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo que se ha destrozado. Sin embargo, soplando desde el Paraíso, la tormenta se le enreda en las alas, y es tan fuerte que el ángel no las puede cerrar. La tormenta lo empuja, inevitablemente, hacia el futuro, al que da la espalda, mientras el cúmulo de ruinas delante suyo crece hasta el cielo. Lo que denominamos progreso es justamente esta tormenta", decía el filósofo judío.