Joan Enric Barceló es el hombre que trabaja haciendo canciones en Els Amics de les Arts, una de las bandas piedra angular en el estallido del nuevo pop catalán. Pulsión creativa que ahora ha mutado, abandonando momentáneamente la música para expresarse a través de la literatura. Universo de tinta y papel en que ha debutado esta semana con la publicación de Morir sabent poques coses (Periscopi, 2023). Una recopilación de cuentos entre muy bueno y buenísimo en el que, siguiendo el magisterio de Vicenç Pagès Jordà y afiliándose a tradición de referentes del género en nuestro país: Pere Calders, Quim Monzó, Sergi Pàmies... nos presenta pequeñas historias cotidianasnarradas a través de grandes relatos culminados con cierta esencia posmoderna de realismo mágico. Este sábado estará en La setmana del llibre en català firmando ejemplares. Haceos un favor: id, que os lo dedique y después, sobre todo, sobre todo, leedlo.

No sé tú, pero yo lo quiero saber todo pero al mismo tiempo no quiero saber nada.
Totalmente. Buscaba una palabra o una frase que transmitiera felicidad. Cada vez me hago más mayor y pienso: "Hostia, podría morirme y no saber esto y no pasaría absolutamente nada, porque habría sido un poco más feliz". Creo que es inevitable querer saber cómo funciona el mundo, quiénes son los que mandan, qué cosas pasan... Pero, en el fondo, todos necesitamos un momento egoísta para decir: "Eso lo quiero desconocer, no quiero saberlo y vivir un poco más feliz". Por ejemplo, cuando empezó la guerra de Ucrania, todas las noticias relacionadas con el conflicto me generaban angustia y apagaba la tele cuando empezaba el Telediario. Pasé 5 o 6 meses sin mirar noticias.

Hay momentos en que, como seres humanos, necesitamos desconocer cosas porque eso nos hace un poco más felices

A mí me pasó con la Covid.
¡También! Eran momentos superduros donde me refugiaba en el trabajo y otras cosas porque la actualidad me sobrepasaba totalmente. Recuerdo que teníamos que publicar nuevo disco con Els Amics de les Arts y cayó, y consecuentemente, también cayó la gira de presentación. Cada vez que mirabas las noticias querías saber todo lo que estaba pasando, pero al mismo tiempo lo querías ignorar. Se creaba como una cosa muy extraña. Hay momentos en que, como seres humanos, necesitamos desconocer cosas porque eso nos hace un poco más felices.

Entrevista Joan Enric Barceló, escritor y music (9)
Joan Enric Barceló ha publicado su primera recopilación de cuentos, Morir sabiendo pocas cosas / Foto: Carlos Baglietto

En el ámbito más personal, también hay cosas que vale la pena no saber: aquella cosa que te explica la pareja y dices: "Hostia, quizás no hacía falta este nivel de sinceridad y hubiéramos sido más felices los dos".
Todo el mundo vive momentos así. De nuestro entorno más íntimo conocemos muchas cosas, pero desconocemos también muchas otras. Hay cosas de mis familiares, de mis amigos que quiero saber, que quiero conocer, y me quiero involucrar e intentar ayudarlos, pero hay cosas que creo que puedo no saber.

Y ya está bien que sea así.
Sí, hay guerras que se tienen que luchar cada uno por su lado.

Esta te la han hecho 30.000 veces: ¿como pasos de escribir canciones a escribir un libro de cuentos?
A veces hay ideas que no caben en una canción y tienes que buscar otro medio para explicarlas: ya sea haciendo un musical, haciendo un libro o haciendo una película. Lo que sea. Yo tenía una serie de ideas a las que quería dar salida y me apunté a la Aula de Escritura de Girona. Era el año 2016 o 2017. Buscaba mecanismos que me ayudaran a escribir estas ideas. Desde el 2010 que me dedico profesionalmente a Els Amics de les Arts, y por lo tanto llevaba 7 años escribiendo, pero escribiendo solo canciones.

En muchas de tus letras se intuye esta pulsión literaria.
Sí, son microrrelatos o pequeños como cortometrajes, porque también tienen esta parte que es muy visual. A veces tienes un sentimiento muy concreto que te cabe en el formato de una canción: 3 minutos y medio, pasando por una estrofa y un estribillo. Pero en otros, como la historia del primer cuento, Homenatge, sería muy difícil de explicar en una canción.

Desde El código Da Vinci de 2007 hasta a la actual Citant Mercè Rodoreda, encontramos infinidad de referencias literarias a tus canciones.
Como también hay referencias del cine. Normalmente, las ideas que cojo de la literatura las paso a la música, y al revés. A mí me gustan los vasos comunicantes. Siempre que escucho un disco o miro una película o leo un libro, lo hago de una manera analítica con el teléfono al lado. Desde que me dedico a escribir canciones, y ahora también haciendo el libro, siempre encuentras una frase que te resuena, una idea, una palabra... y la apuntas en una nota de texto o de voz. Porque entonces pensas, eso lo puedo robar para utilizarlo...

¿Hay algún disco que hayas estado escuchando compulsivamente mientras escribias el libro?
He hecho una playlist en Spotify, pero todavía la tengo que publicar. Me gustaba la idea de que el lector pudiera tener una lectura acompañada de canciones.

Una banda sonora.
Son canciones que, por la sonoridad, por la letra o por lo que sea, te ayudan a situarte en el relato. En Homenatge, por ejemplo, busqué Perfect Day de Lou Reed. Es una de las grandes canciones de la historia de la música, porque es triste, pero al mismo tiempo es alegre. Tiene un punto de nostalgia, de tristeza de aquellas cosas buenas que se acaban. Y al mismo tiempo hace una cosa muy bonita: explica que en la vida no hay nada que sea grande ni majestuoso. En nuestra vida cotidiana pasan pocas cosas.

Entrevista Joan Enric Barceló, escritor y music (6)
Joan Enric Barceló ha abandonado momentáneamente la música para debutar en el mundo de la literatura / Foto: Carlos Baglietto

Hay tres palabras que me dan mucha pereza: épico, mítico y brutal, que están mucho al orden del día hoy en día. En el libro las historias son muy pequeñas

Perfect Day es beber sangría al parque y cuando se hace oscuro volver juntos a casa.
Exacto, estar contigo y ya. Es una canción tan sencilla y tan esencial... Y eso era lo que quería alcanzar con esta recopilación de cuentos: escribir historias que no explicaran nada extremadamente excepcional. Hay tres palabras que me dan mucha pereza: épico, mítico y brutal, que están muy al orden del día hoy en día. En el libro las historias son muy pequeñas. Son historias de personajes a los que les pasan cosas interiores, que los ponen en un lugar incómodo y que, a partir de aquí, no tienen las herramientas para adaptarse a lo que les propone la vida en aquel momento.

Tus personajes me resuenan a los de los cuentos de Sergi Pàmies: el oficinista que no tiene ninguna historia extraordinaria ni épica, pero que al final, quizás porque te sientes identificado con esa mediocridad, te golpean.
Pàmies es un referente absoluto. Igual que Quim Monzo o, incluso, Pere Calders, que son palabras mayores.

Pàmies es un referente absoluto. Igual que Quim Monzo o, incluso, Pere Calders, que son palabras mayores

De hecho, inicias el libro citando a Calders.
Sí, porque esta idea del desguace del yo era muy adecuada para los personajes: desguazar el yo para convertirlo en otra cosa. El protagonista de Homenatge lo único que desea es una fiesta sorpresa el día que se jubila, porque cree que ha vivido toda la vida dando, dando y dando, y espera recibir alguna cosa a cambio. Pero tampoco es capaz de transmitirlo ni de explicarlo y no lo quiere forzar, pero lo desea y eso lo convierte en un monstruo, al final, en los ojos de sus hijas y su mujer.

Hablando de referentes... Hay un nombre clave en tu crecimiento como escritor.
Tuve la suerte de tener Vicenç Pagès Jordà de tutor. En el Aula de Escritura de Girona haces dos años de itinerario, y el último curso hay un módulo donde tienes el apoyo de un escritor que te ayuda a desarrollar un proyecto literario, ya sea una novela o un libro de cuentos. En mi caso fue Pagès Jordà. Fue un privilegio absoluto sentarse con él delante de un café, en una plaza en Torroella y comentar los relatos. De una manera muy bonita la relación alumno-profesor mutó hacia una amistad. Eso me hace sentir muy privilegiado.

Toda su obra es fascinante, pero hay un libro suyo que considero que llevó la literatura catalana a un nuevo estadio: Els jugadors de Whist.
Totalmente. Es fascinante como da un nuevo giro al género de la novela, incorporando desde listas de Facebook hasta diarios personales. De esta novela, sin embargo, lo que más me gusta es la parte donde habla de su pasado y explica los juegos a que jugaban los niños en aquella época. No deja de ser una historia de amistad. Y una historia de pérdida. Me gusta muchísimo, Els jugadors de Whist. Pero de Vicenç también me interesa mucho la parte de escritor de cuentos. Me enamoré de él como escritor con Cercles d'infinites combinacions.

Era una persona extremadamente generosa: si tenías un poco de pulsión literaria y le preguntabas si podía leer algo de lo que habías escrito para saber su opinión, nunca tenía uno no por respuesta.
El mundo tiene gente muy buena, el mundo tiene gente generosa y el mundo tiene gente sabia, pero generosos, buenos y sabios hay muy pocos. Y que además tengas acceso a ellos, menos todavía. Me parece que poca gente debate que era lo mejor de su generación. Cuando le pasaba un cuento, él siempre se los leía y me los volvía con anotaciones. Yo le enviaba los cuentos en papel, y él me los volvía con garabatos. Guardo todos aquellos cuentos con sus apreciaciones.

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Joan Enric Barceló, un amigo de las artes, de todas las artes / Foto: Carlos Baglietto

¿Cómo escribes?
En ordenador, pero cuando empezamos esta dinámica de enviarnos los relatos, me dijo que lo prefería en papel. Y yo iba a imprimirlos, los encuadernaba y los enviaba a su casa, a Torroella. Y una vez se los había leído, me los devolvía con garabatos. Guardo todos estos cuentos como oro.

¿Todos han acabado aquí, en el libro?
No, todos no. Algunos se los cargó él, y algunos, la editorial. De hecho, de todos los encuentros con Pagès Jordà, no hay ningún cuento que esté en en el libro. Recuerdo que cuando acabó el curso, le dije que tenía la sensación de haber desperdiciado el tiempo, porque nada de lo que había escrito era aprovechable. Su respuesta fue que no, que sentía que tenía interés y ganas. Y me propuso que nos seguimos viendo, que cuando tuviera algo nuevo se lo enviara y hablaríamos. Creo que el primer cuento que empezamos a trabajar y que ha acabado en el libro fue We End, que explica el viaje en tren de dos personas, en el que, no sabes por qué, una de ellas tiene mucho interés a hablar con la otra, hasta que lo descubres.

Hablando de Pagès Jordà, tenemos que hablar por fuerza de David Foster Wallace, que también está muy presente en el libro, especialmente en el cuento La perillositat, con todos estos pies de página tan característicos de su literatura.
Este cuento parte de una idea robada de Foster Wallace. Es una especie de doppelgänger literario: narro una historia que si la lees sin mirar los pies de página, tiene una interpretación; pero que si te miras las anotaciones, tiene otra. Todos tenemos muchas voces a la vez que nos dicen cosas diferentes. Fue muy divertido jugar a ser dos personas en un mismo relato.

Hay mucha experimentación formal, en los cuentos. Fèlix, el segundo de la recopilación, es un diálogo en que obvias a una de las partes.
Partía de la premisa que si hacía una recopilación de cuentos, como mínimo me tenía que permitir estas licencias formales. Y lo he hecho. He jugado a aquello que he querido, a aquello que me ha venido bien. He intentado tejer un universo, pero que fuera un universo de mundos muy diferentes. Este cuento, concretamente, que es otra idea robada a Foster Wallace, es uno de mis preferidos. Obviar uno de los interlocutores del diálogo me permitía que fuera el lector quien pudiera decidir si la chica está hablando sola y, por lo tanto, está fatal; o si su interlocutor, que es su hermano, es un muerto que resucita. Si piensas en las dos posibilidades, no sé cuál es más terrible: que tengas un hermano que se ha muerto tres veces y ha resucitado todas ellas o que sea una persona que ha perdido la cabeza totalmente porque no ha superado la muerte de su hermano. Me gusta jugar con estas dos ideas. Y aunque yo tengo una idea muy clara del cuento, no tiene por qué ser la misma interpretación que haga el lector.

Entrevista Joan Enric Barceló, escritor y music (1)
Joan Enric Barceló, un escritor con miedo a morir (sabiendo pocas cosas) / Foto: Carlos Baglietto

Morir sabent poques coses es un libro muy al estilo de Tarantino, en el sentido que has creado un universo en que en todos los cuentos vas encontrando guiños de historias anteriores.
La intención era que se pudiera leer como libro de cuentos, que lo abrieras por cualquier página y que aquella historia tuviera sentido por ella misma. Pero que al mismo tiempo hubiera segunda lectura siguiendo el itinerario que te marco desde el primer cuento hasta el último y así poder ir conectando cosas. Hay un cuento, por ejemplo, que se llama Dalton Highway, que el protagonista es un transportista de Alaska, que llevar paquetes y cartas al fin del mundo, el campamento petrolífero de la bahía de Prudhoe. Cuando lees este cuento, ya sabes, porque te lo he explicado en el cuento anterior de una manera tangencial, que este señor se morirá. Es un cuento minimalista, muy pequeño, muy paisajístico, precioso.

Pero ya sabes que el protagonista morirá.
Me interesaba intentar que el actor se sintiera incómodo, que pensara: "Me está gustando lo que estoy leyendo, es bonito, pero yo sé cómo acaba y el personaje no tiene ni idea".

Tiene que ser divertido poder jugar a ser Dios en este universo literario que crea el escritor.
Es muy divertido. Tampoco quería que hubiera un elemento central o un hecho que lo vehiculara todo. Pienso en aquella película de hace ya unos años que se llamaba Crash, en la que había un accidente que lo vertebraba todo. Aquí hay diversos hechos que vertebran el libro: hay nombres, hay situaciones, hay lugares... pero no hay un solo hecho. Pero sí que todos los cuentos, a su manera, resuenan en los otros. Sí, es muy divertido, pero cuesta, porque no siempre es fácil unir todos los hilos y evidentemente lo quieres hacer bien. Yo me enfrento a cada nueva canción o cada nuevo libro con la intención de crear una cosa muy buena. Pero por cada cosa muy espectacular que te pasa en la vida o por cada momento que dices "qué pasada", te comes muchos no tan explosivos. Así que, por qué no celebrar esta cotidianidad y estas cosas pequeñas que nos pasan.

¿Y qué pasa cuando crees que tienes una gran canción o un gran cuento y no es recibido así?
Normalmente, ya sucede que tú crees que tienes una gran canción o un gran cuento y al día siguiente lo escuchas o lo lees y es una mierda. Pero la última palabra es del lector. Ahora, debutando en la literatura, tengo mucha curiosidad por saber qué pasará. En un concierto veo qué canción funciona mucho, cuál funciona poco y cuál tenemos que dejar de tocar. Pero con los cuentos...

Es un trabajo mucho más íntimo.
Total. El trabajo de escritor es mucho más íntimo, pero también la recepción que hace la gente de aquello que has escrito. Y yo, más allá de alguna presentación o club de lectura, solo tendré su feedback a partir de un número, que serán los libros que se habrán vendido a finales de año. Los músicos estamos acostumbrados a tener un feedback superdirecto de las cosas que hacemos. Ahora publicas una canción y en plataformas como Spotify puedo ver segundo a segundo cuánta gente la escucha, desde dónde la escucha... En cambio, un libro es una cosa que tiras allí y que no sabes qué pasará con él.

La envidia y el descrédito es deporte nacional y los habrá que dirán: "Ya está aquí el de Els Amics de les Arts con ínfulas de escritor".
Evidentemente, he pensado en eso, lo que pasa es que si estuviera pendiente de lo que te dice todo el mundo, no acabaría haciendo nada. Me gustó mucho la conversación que tuve con Aniol (Rafel), el editor de Periscopi. Cuando entregué el manuscrito, ya hace más de dos años. me dijo que le gustaba mucho pero que en la editorial eran tres personas y que las tres se tenían que creer mi libro, si no, no lo publicarían. Me va parece perfecto, era lo que buscaba. Periscopi era la editorial donde quería estar, un sello que me ha hecho descubrir a muchísimos autores y me ha hecho vivir muchísimas historias maravillosas a través de las novelas y los cuentos que he leído. Yo quería estar aquí y era consciente de que si poníamos el texto en el centro de todo por encima del autor, no nos podíamos equivocar. Cuando me escribió diciéndome que los tres se lo habían leído y a los tres les gustaba, la alegria fue inmensa. Es un proyecto con el que había soñado mucho tiempo y ahora, que se haya hecho realidad, me hace mucha ilusión.

El libro es un proyecto con el que había soñado mucho tiempo y ahora, que se haya hecho realidad, me hace mucha ilusión

¿Tienes miedo a morir?
Sí, tengo miedo a morir. Soy muy hipocontríac, mucho. Yo soy de aquellos que si se encuentra una mancha en el cuello piensa que se morirá en cuestión de días.

¿De los que busca en Google?
De estos. Y necesito a alguien al lado, alguien que normalmente es mi mujer, me diga: "Tranquilo, no es nada". Soy así. Sufro mucho. Soy muy sufridor con el dolor propio y con el dolor de los otros. Tengo miedo a que mis hijos se hagan daño. Es como una derrota personal muy heavy parar mí. Cuando alguno de ellos se cae y se hace daño, me cuesta mucho soportarlo. Y sí, el miedo a morir existe, aunque el día que me muera, no me entraré. De hecho, será un tema exclusivo de la gente que me rodea, no será una cosa mía. Pero evidentemente sí que pienso en ello.

La muerte es uno de los vertebradores del libro.
La muerte y el luto. Creo que  no se nos enseña a cómo se pasa una muerte, sobre todo, cuando eres joven. Digerir una muerte cuando eres adolescente es una cosa muy complicada. Y nadie nos prepara para eso. Nadie. Simplemente, un día te encuentras con ello. Nadie estará aquí para siempre. Pero se tiene que poder hablar e incluso con mucho ironía. Este libro habla de la muerte, pero en muchos momentos desde el humor.

¿Tú que vienes del mundo de la música, en la literatura tienes miedo de sufrir el síndrome del segundo disco, el temor a tener que grabar un gran segundo álbum cuando el primero ha sido todo un éxito?
Bueno, sí. Todavía es pronto, porque justo estoy empezando con la promoción del libro. Para mí, ahora mismo esto es una excursión que hago con los compañeros de viaje que quería: la editorial Periscopi, aunque trabajo profesional cotinua siendo Els Amics de les Arts, con los que todavía hay muchos proyectos por hacer: en breve iniciamos la segunda parte de la gira y pronto publicaremos cosas nuevas. Pero es goloso y es bonito, y no descarto escribir en un futuro. En el fondo es tener una buena idea o una idea que tú consideres que vale la pena dedicar mucho tiempo, porque esto de escribir requiere mucho tiempo.

Es un privilegio que mi mayor preocupación laboral es despertarme y llamar a mis amigos para quedar y hacer canciones

¿Cuánto hace ya que empezasteis con els Amics?
Empezamos en el 2005. El primer disco, Castafiore Cabaret, es del año 2008 y damos el gran salto en el 2009 con Bed & Breakfast. Ya hace casi veinte años que estando juntos. Un milagro dedicándote al mundo de la música cantante en catalán. Nacimos en un momento que no se vendían discos ya y vendimos. Bed & Breakfast es disco platino, la última anomalía antes de que todo se hundiera y  la industria musical, tal como la conocíamos, desapareciera. Es un privilegio que mi mayor preocupación laboral es despertarme y llamar a mis amigos para quedar y hacer canciones. Hemos hecho lo que teníamos que hacer, pero seguimos allí y estamos bien, estamos contentos. Hemos pasado de todo, pero estamos allí, somos un núcleo muy fuerte y muy bonito.

Supongo que habrá mucha gente que leerá este libro porque lo firma Joan Enric Barceló de Els Amics de les Arts y mucha gente que no lo leerá por el mismo motivo

Ya sois unos clásicos.
Justamente, el otro día leía una entrevista a Figa Flawas en la que decían que Els Amics de les Arts éramos una clásico. Que los grupos nuevos nos citen como referencia o que nos quieran para colaborar me hace muy y muy feliz. Los humanos nos caracterizamos por tener una o dos explosiones de talento en  la vida y el resto es controlar el declive. Llevar 20 años sin descanso haciendo música en catalán, siguiendo haciendo discos me hace sentir super afortunado. Supongo que habrá mucha gente que leerá este libro porque lo firma Joan Enric Barceló de Amics de las Arts y mucha gente que no lo leerá por el mismo motivo.

Puedes ver la entrevista entera aquí...