El escritor argentino Guillermo Martínez, que ha ganado la noche de este domingo el 75 Premio Nadal de Novela --dotado con 18.000 euros-- de la editorial Destino con Los crímenes de Alicia, ha dicho sobre Lewis Carroll --protagonista indirecto de su novela--: "Carroll era lógico y matemático y hacía acertijos en sus libros".

En rueda de prensa tras ganar el premio, Martínez ha explicado que la idea inicial de la novela tuvo que ver con un hecho real que descubrió mientras escribía un artículo de Carroll relacionado con páginas que fueron arrancadas por sus familiares de la biografía del autor.

"Durante mucho tiempo sólo se conocían parte de aquellos diarios. A partir de esta base real he imaginado a estos personajes que discuten teorías relacionadas con Carroll", ha detallado Martínez, que ha descrito cómo en la novela desencadenan una serie de crímenes, y hay elementos que hacen pensar en la lógica desquiciada de 'Alicia en el país de las maravillas'.

"Tuve que trabajar de una manera totalmente diferente a las anteriores", ha descrito el autor sobre el proceso de escritura, y ha detallado que antes imaginaba por completo sus novelas, y en ésta partió de un hecho documentado y era necesario sostenar su veracidad.

De este modo, tuvo que leer muchas biografías, contradictorias y polémicas, y con un trabajo de investigación que nunca había hecho como escritor: "Toda la historia es inventada y la ciudad de Oxford tampoco es real".

Dos niveles de lectura

Ha destacado que la novela tiene dos niveles de lectura: uno sobre los crímenes y la biografía de Lewis Carroll, y una segunda sobre el cuento de Jorge Luis Borges, Pierre Menard, en la que el personaje imagina y reescribe a un Quijote contemporáneo.

"Lo mágico es que en la relectura de El Quijote, aunque las palabras son las mismas, el significado es totalmente diferente", ha dicho el escritor, que ha confesado haber querido realizar una operación similar en este caso.

Adaptación al cine

Preguntado por la adaptación al cine como la de su anterior novela Los crímenes de Oxford, ha explicado que si bien está escrita en primera persona y le resultaría "muy difícil" que pueda hacerse en cine, ha admitido que algunas escenas ganarían mucho en la gran pantalla.

"A veces se cree que el cine es el escalón máximo, y para mí no es así. Para mí, el máximo es llegar al punto y final", ha explicado el escritor, que en la escritura de la novela hay numerosos problemas que van surgiendo y la felicidad máxima es poderla terminar.

Novela policíaca

"Hay una idea de que la novela de intriga quizás quedó anticuada", ha dicho el escritor sobre esta novela, que se publicará el 5 de febrero, y ha detallado que se dan juegos en estas novelas.

"Se parece mucho al acto del ilusionismo. La magia me gusta mucho: noto mucha corrleación entre demostración de un teorema y la escritura de una novela", ha destacado.

A su juicio, la resolución de una novela, cuando es inesperada y aguda, revela algo que el lector no hubiera imaginado con esos pocos datos iniciales: "La resolución de una novela policial, cuando se articula bien, me provoca algo del placer del ilusionismo".

Ha considerado que los géneros permiten hablar de filosofía de una manera profunda pero amable con el lector, ya que no son tratados de filosofía, y ha considerado que el personaje de Lewis Carroll era perfecto para ello: por sus doble y triple vida que tuvo.