Si has salivado pensando que en este artículo leerás asuntos morbosos y de la peor especie que acontencen en el Teatre Nacional de Catalunya, vas muy equivocado. No te he engañado. Ya sé que una casa de putas es una casa de putas. ¿Pero por qué una casa de putas es una casa de putas? Quiero decir: ¿por qué a las prostitutas se las ha instalado en el escalafón más bajo de la sociedad por debajo de corruptos, estafadores, políticos e incluso asesinos? De eso y mucho más trata el montaje Prostitución que se puede ver hasta el día 23 de diciembre en la Sala Gran del TNC. Corred a verlo. No hace falta que acabéis el artículo. Es mejor el espectáculo. ¡Siempre! (Casi).

Prostitución es una obra de teatro documental que firman Andrés Lima y Albert Boronat sobre textos de Amelia Tiganus, Juan Cavestany, Albert Boronat, Verónica Serrada y Andrés Lima y los testimonios de Ana María, Isabela, Lucía, Alexa, Alicia, Lukas y la Sra. Rius. Bajo dirección del mismo Lima, el espectáculo lo protagonizan las actrices Carmen Machi, Nathalie Poza y Carolina Yuste con música en directo en el piano de Laia Vallés o Bru Ferri.

Un mundo paralelo

Al llegar a la Sala Gran encontramos en el centro del escenario una especie de construcción rectangular parecida a un contenedor industrial que podríamos encontrar en cualquier descampado del extrarradio. Más tarde veremos que su interior esconde la habitación funcional de un burdel. Cuando empieza el espectáculo, las actrices, una a una, acceden al teatro desde la misma puerta que lo has hecho tú como espectador. Bajan las escaleras de la platea y entran en el escenario mediante una pasarela que une el patio de butacas y la escena. Un puente suspendido desde donde las actrices se desprenden de parte de su indumentaria de ciudadana "respetable" para introducirse en otra realidad; la de la prostitución. Un gesto que no hace de primeras Carmen Machi, que entra en escena como la actriz que es y entrevista a una prostituta de nombre Lucia que en este caso encarna a Nathalie Poza. A partir de aquí el juego ya está establecido.

La dramaturgia de Andrés Lima y Albert Boronat transita dando voz a diferentes mujeres, diferentes prostitutas, pero también a un gigoló y un chapero. Poco a poco nos adentraremos en este mundo paralelo: riendo, emocionándonos, aprendiz, enfureciéndonos y sobre todo avergonzándonos. Una mirada poliédrica de la prostitución que comprende desde la libertad que una mujer tiene de hacer con su cuerpo lo que le dé la gana, hasta el maltrato que a menudo las jóvenes aceptan porque, paradójicamente, hace que se sientan más mujeres. Un análisis de la complejidad fundacional de la sociedad patriarcal que ha procurado desarticular y neutralizar a la mujer en el sistema y que vive bajo la amenaza del peor de los castigos: ser puta o parecerlo. Una reflexión de nuestra sociedad donde tampoco se deja de denunciar las situaciones vejatorias y de esclavitud en las cuales viven muchas mujeres en nuestro país y que ninguna política parece que pueda resolver. Los datos son claros y son parte de este documento teatral: la prostitución es el 0,35% del PIB de España; el tercer estado en el ranking mundial de demanda de prostitución.

1Laura Ortega
Carmen Machi es una de las protagonistas de Prostitución, espectáculo que se puede ver en el TNC hasta el día 23 de diciembre

Al servicio del relato

Las interpretaciones son simplemente formidables. Las actrices mediáticas desaparecen tras sus personajes con una generosidad difícil de ver en este sistema, no sólo el de la escena, que potencia tanto los egos. Simplemente, se ponen al servicio del relato y el resultado es simplemente conmovedor y brillante. Como el uso de la música y las proyecciones llenas de contenido dramático. Un espectáculo donde todo funciona en una única dirección.

Pocas veces he tenido la sensación de que un espectáculo llenaba tanto el escenario de la Sala Gran con tan poco. Quizás es porque como decía mi profesora Txiki Berraondo: "en escena siempre tenemos que jugarnos alguna cosa". Y a Prostitución hay mucho en juego. Evidentemente, la injusticia de muchísimas mujeres explotadas y vejadas, pero también toda la injusticia de una sociedad explotada y vejada víctima de un sistema antiguo y caduco. Ya es hora que hagamos alguna cosa. De verdad.