Auditorio de Girona. Un concierto de Roger Mas. Además de buena música, escuchando a este hombretón podemos llegar a reflexionar sobre una gran cantidad de temas diversos y nada insignificantes. Porque, si Quim Monzó el año 2007 en la Feria del Libro de Frankfurt ya se quedó con todos nosotros con aquello de recitar un trabalenguas daliniano "una polla xica, pica, pellarica, camatorta i becarica..", ahora Roger Mas canta 'Amb la polla i amb l’ou'. Un título sorprendente, intrigante y, como mínimo, sugestivo. Y es que en este contexto, señoras y señores, una polla es una gallina, concretamente una gallina joven que todavía no pone huevos.

Volvemos al concierto. El cantautor solsonense que todas las madres aman explica, justifica y contextualiza las canciones con anécdotas como un auténtico showman. Resulta que esta canción es un homenaje a Carme Ruscalleda y también resulta que esta información es primordial para entender de qué va todo junto. El hecho es que mientras explica el origen, Roger Mas sigue pronunciando polla con celeridad y repetidamente con una carcajada burlona y socarrona que lo delata. Los que hoy somos el público no podemos evitar reír. Es una provocación. Poética, lingüística, reivindicativa, genuina, pero una provocación. Explica que ya ha habido algunas confusiones con la traducción de esta canción. Estas confusiones eran... ¿Esperadas? ¿Previsibles? Sí. Y no lo tendrían que ser y quizás si no fuéramos tan cortos de palabras, no haría falta tanta explicación. En definitiva, el título es un guiño rogermasiano que juega con las palabras y que al mismo tiempo nos los reprocha: una polla es una polla y si hay malentendidos, sorry not sorry.

Roger Mas - Sergi Alcàzar
El cantautor Roger Mas. / Sergi Alcàzar

Ahora bien, polla, entendida como miembro viril masculino, no se encuentra en el diccionario. No hay ninguna acepción que recoja este significado. No os penséis, sin embargo, que los catalanes vamos faltos de sustantivos bien nuestros —y maliciosos— para referirnos a la cosa. Jean-Claude Carrière trató este tema en Les mots et la chose y Blackie Books lo publicó unos cuantos años más tarde con una adaptación exquisita al catalán de Ricard Borràs. Encontramos muchísimas opciones:  la vara, el fibló, el dard, el canari, la estaca o incluso propuestas pretenciosas aptas para los más sibaritas, como por ejemplo la dolçor del sabre de Sant Simó de Mataró. Penis o fal·lus también son buenos ejemplos, pero si os parecen demasiado formales, os propongo algunos de más gamberros: tita, pixa, trompa, cigala, eina o cuc. El catalán es original y único incluso en este ámbito, así que utilicemos este gran abanico de palabras que nos ofrece y no las cambiemos por una simple polla.

Roger Mas, si nunca lees eso, eres la polla y me gustas un huevo.