Los archivos históricos ingleses de la época de los reyes Tudor (1485-1603) revelan la existencia de una importante comunidad catalana radicada en Inglaterra, dedicada al mundo de los negocios y de la navegación. Los Amadas o Amades, los Argall o Aragall, los Botoner, los Capell, los Palmer o los Spert, por citar algunos ejemplos, serían estirpes importantes de comerciantes ricos de origen catalán, valenciano y mallorquín que tendrían una destacada participación en el proceso de transformación de Inglaterra, de la categoría de reino pobre y violentado a la de potencia comercial y militar. Como también, de manera anónima pero no menos importante, la tendrían los miles de marineros catalanes, valencianos, napolitanos y sicilianos que integrarían las tripulaciones de las carracas de guerra de Enrique VIII. Una historia desconocida que continúa oculta detrás una espesa nebulosa de misterio.